Cerca de las 7:30 am, en el casco central de la ciudad de Valera, los vendedores informales montaban sus tarantines, mientras que por otro lado, los establecimientos comerciales abrían sus puertas, minutos después, para así comenzar nuevamente una extensa jornada laboral. Tal fue el caso de los trabajadores que ubican sus puestos en la avenida 13 entre calles 6 y 7 de la capital comercial del estado Trujillo. Como en un día cualquiera, comenzaron a trabajar para llevar el sustento a sus hogares. Esa serenidad con la que suele transcurrir su día, sería truncada por un hecho sangriento.
En el sector Santa Rosa de Betijoque, municipio Rafael Rangel; un funcionario policial de las Fuerzas Armadas Policiales del Estado Trujillo (Fapet), se colocaba el uniforme que portaba con tanto orgullo para acudir una vez más a la sede de la Brigada Ciclística, donde hacía vida laboral desde hace dos años. Salió de su hogar y emprendió camino a Valera a bordo de su motocicleta aproximadamente a las 7:00 am.
Jesús Miguel Viloria Torres (25) se dirigía al Centro de Coordinación Policial Nº 2, ubicado en la urbanización José Humberto Contreras de Morón para retirar su armamento. Camino a éste, en la avenida 13 entre calles 6 y 7 de la jurisdicción valerana, justo enfrente de la Sociedad Anticancerosa, fue interceptado por dos delincuentes quienes lo atacaron sin piedad y le asestaron tres disparos que se alojaron en su cráneo. La muerte del oficial fue instantánea, los tiros fueron mortales.
Tras lograr su cometido, los asesinos del uniformado huyeron a toda velocidad hacia La Floresta; segundos después de las detonaciones, funcionarios adscritos a la Brigada Hospitalaria de las Fapet, se movilizaron en varias unidades de dos ruedas e iniciaron una persecución para neutralizar a los homicidas del oficial Viloria. Pasaban los minutos y rápidamente se desplegó un dispositivo de seguridad para así unirse a la búsqueda de los ejecutores del crimen.
Patrullas de diversas estaciones policiales de los municipios aledaños a Valera adscritas a las Fuerzas Armadas Policiales del Estado Trujillo (Fapet), se unieron a la persecución, entre ellas el Servicio de Investigación Penal (antigua Inteligencia) y la Estación Policial 2.3 Motatán, a la cual se aunó una comisión de la División del Eje de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc).
Otros detectives del Cicpc se encargaron de realizar las experticias en el lugar del crimen, colectar las evidencias y levantar el cuerpo, acto que fue llevado a cabo por el Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses (Senamecf) para así trasladarlo a la Unidad de Patología del Hospital “Dr. Pedro Emilio Carrillo”, a escasos metros de la escena.
Varias hipótesis
Testigos del hecho comentaron temerosamente al equipo reporteril del Diario de Los Andes, lo que alcanzaron a ver. Unos comentaban que el oficial fue abordado por los delincuentes y le dispararon tres veces en la cabeza; otros, que al frente de la Sociedad Anticancerosa se estaba llevando a cabo un atraco, y Viloria, en función de sus labores, lo impidió, y los delincuentes al percatarse de que era un funcionario decidieron asesinarlo, aunque éste no traía consigo su respectiva arma de reglamento.
La última arroja que los motorizados fueron de una vez por el oficial para despojarlo de su respectiva arma, la cual no poseía en ese momento. Hasta ahora, la versión oficial de lo acontecido la tienen los cuerpos de seguridad del estado, quienes no aportaron mayores detalles de lo ocurrido para no entorpecer la investigación, la cual manejan con extremo sigilo debido a lo delicado del crimen.
Pesar familiar
Los familiares del funcionario policial, Jesús Miguel Viloria Torres (25) se encontraban aglomerados a las afueras de la morgue del Hospital Central de Valera; dolidos y desconcertados por el hecho de sangre que enluta a la familia oriunda de Betijoque.
Yadira Escalona, madre de la pareja sentimental de Viloria, conversó con el equipo reporteril del Diario de Los Andes, esta declaró con la voz quebrantada, “él salió de la casa como siempre a trabajar, a las 7:00 am. Iba a buscar el armamento a la Comandancia, luego recibí una llamada a las 8:30 am para avisarme de que lo habían asesinado”, finalizó.
El oficial Viloria Torres residía en el sector Santa Rosa, parroquia Betijoque del municipio Rafael Rangel; junto a su esposa, con la cual vivía en concubinato desde hacía siete años, y juntos, procrearon a una pequeña próxima a cumplir un añito de nacida. Su pareja se fue a Colombia el lunes junto a una amiga de esta para vender mercancía. El uniformado egresó del 12º Curso de la Escuela Policial de Trujillo (Espotru) y formaba parte de la Brigada Ciclística de Valera desde el año 2015.
Alto despliegue policial
Tanto comisiones de las Fuerzas Armadas Policiales del Estado Trujillo (Fapet) y el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) se encuentran desplegadas en todo el territorio trujillano para capturar a los perpetradores del asesinato del joven funcionario, quien murió en manos de delincuentes. Los malhechores escaparon por la calle 16 y los cuerpos de seguridad se encuentran tras la pista de estos.