Asdrúbal Baptista Troconis | Por: Eladio Muchacho Unda

 

Asdrúbal, mi querido Pita, diste el paso, ese paso que Leonardo Boff califica de «alquímico», te transformaste, te volviste Gloria, Maravilla, en parte ya lo eras, pero ahora eres Plenitud. Te fundiste con el Padre. Volviste al Origen.
¡Cuánta falta nos haces, cuánta falta nos harás! Falta en cuanto a estar en cuerpo presente, porque sé que estás con nosotros, Vos sos de los que no abandonan. Por cierto Asdrúbal, recuerda que quedó pendiente una conversación, te leí un texto de Basil Pennington, discípulo de Thomas Merton, que hoy te recuerdo:

«… el Padre Louis (Thomas Merton) reveló algo de su propia experiencia trascendente (pocas veces hacía esto, a pesar de haber publicado muchos diarios): «Sé por lo que he experimentado hasta el momento… que en realidad a veces es posible ver que las cosas se tornan trasparentes. Dejan de ser opacas y dejan de ocultar a Dios. Esto es verdad… Vivimos en un mundo absolutamente trasparente; Dios brilla a través de todo, todo el tiempo. Esto no es una simple fábula ni una historia agradable. Es verdad».

Cuando concluí la lectura te pregunté si eso que ahí se decía era posible, hiciste un gesto de asentimiento y me dijiste: mi querido Eladio, esa será nuestra próxima conversa.

Gracias Asdrúbal, mi querido Pita.
(EMU)

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