Aprendiendo el arte del pan con Rebeca Giardinella

La valerana Rebeca Giardinella enseña el arte de elaborar panes a base de masas madres

Rebeca Giardinella

 

Con una cordial sonrisa Rebeca Carolina Giardinella nos atiende y  abre las puertas de su casa, la cual sirve como su obrador para enseñar el bello arte de elaborar pan casero de manera artesanal.

El área está impregnada a un agradable olor característico al pan, es la levadura que contiene la masa madre mixta que utilizará en el taller de masas suaves e introducción a la panadería que está por dictar.

Comienzan a llegar sus alumnos con bandejas en la mano y su delantal. Es hora  de la faena.  Rebeca los invita a colocarse su indumentaria con su respectivo gorro. Le brinda una breve charla sobre la historia del pan, la diferencia de las masas madres naturales y mixtas y la importancia de saber trabajar con poca levadura para obtener un excelente pan.

Seguidamente cada participante tiene en su puesto todos los ingredientes para elaborar una masa suave. Todos destapan el poolihs (masa madre mixta), el cual tiene como 16 horas de prefermento y todos manos a las masas. Cada quien a lo suyo, a integrar y amasar hasta quedar exhaustos.

En una pausa del taller, conversamos con Rebeca, quien lleva el arte en la sangre, pues su “nona”  preparaba pan rústico, como el siciliano y la pañota, con una costra dura y una miga blanda. También por parte de su  papá, toda la familia es con descendencia italiana, aunado a eso su padre  ha dirigido  siempre hoteles y la parte gastronómica le llamaba la atención.

¿Desde cuándo nace este amor por el mundo de la panadería?

– “Todo comenzó en el 2014, a través de mi  hermana María Eugenia, quien me  invitó a realizar un diplomado intensivo en la Escuela de Cocina con el maestro  panadero Crishtian Galué, en el estado Zulia. En ese diplomado nos especializamos en la elaboración de un buen pan. Desde ese momento me atrapó este oficio y amor por las masas”.

¿En qué momento comienzas a enseñar a hacer pan?

– “Mi hermana decidió irse del país y me encomendó que yo asumiera ese compromiso de continuar enseñando el arte de elaborar panes a base de masas madres. Es ahí donde nace mi proyecto ‘Aprende y Emprende Con Rebeca’, en el que impartimos talleres para orientar a las personas a realizar panes caseros con muy poca levadura,  buen aroma, sabor y miga”.

De la misma manera, la tahonera expresa que siente orgullosa que sus alumnos aprendan y emprendan, haga sus propios negocios y no se dejen meter gato por liebre a la hora de adquirir un pan, que tengan criterio para exigir, ya que hoy en día se fabrican panes de baja calidad.

¿Qué les recomienda a los emprendedores?

– “Que le tomen cariño, amor, e interés a este bello mundo, que investiguen, que pregunten, que se preparen, que no sean uno más del montón”.

Rebeca Giardinella

¿Aparte de su hermana y usted, quienes dentro de la familia elaboran pan?

– “Mi papá se está interesando en este ramo, ya mi hija está haciendo pan, incluso le hacen pedidos de panes de hamburguesas. También mi hijo de 10 años le está gustando este mundo, la idea es fomentar la cultura de un pan sano, es mejor el artesanal que el industrial”.

¿Por qué utilizar masas madres en la panificación?

– “La idea de enseñar a las personas a elaborar un buen pan es que aprendan a conocer la importancia de utilizar las levaduras. Hay diferentes masas madres, está la natural, solo agua y harina y esta la mixta que lleva agua, harina y poca levadura. Al utilizar las masas madres el producto final es excelente en sabor, textura, miga  y olor, además que es más sano. Si utilizamos demasiada levadura el resultado será una pan ácido, sin sabor y genera desastres dentro de nuestro estómago”.

¿Tu pan preferido?

– “Me encanta el pan deli  relleno con germinados, salami, queso mozzarella, pollo o  carne salteados. También el pan rebanado, tostadito untado con mantequilla, ajo y perejil, es una delicia”.

¿En resumidas cuentas que es para ti un hacer pan?

– “Hacer pan brinda felicidad, libera el estrés, es por ello que siempre ando sonriente y feliz”.

Ya son casi las seis de la tarde, dentro del horno que está a unos 180 grados, rechinan los panecillos,  la casa toma el ambiente de panadería, el sutil aroma  a pan recién horneado se refleja en las miradas de los asistentes, esperando ávidamente que salgan sus “niños” (como llaman a sus creaciones) . Las asistentes apagan el horno y sacan las bandejas full de panecillos, bien dorados y olorosos. Cada participante agarra los suyos con mucho celo, son como trofeos que llevan a casa  para el deleite de su familia.

Cada quien se va muy contento, el laboratorio panarra de los Giardinella queda vacío,  pero con un intensa estela de  aroma y felicidad.

Síguela en Instagram @aprendeyemprende  @rebecagiardinella

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