Especial DLA.- El Socialismo del Siglo XXI pese a su fracaso como proyecto político causo un debilitamiento estructural, organizativo y militante de AD y COPEI, organizaciones que por poco tiempo lograron sobrevivir electoralmente en algunos estados donde ostentaban gobernaciones y alcaldías.
De ese triste desenlace, aún se mantienen vivos, tanto el sentimiento adeco-socialcristiano; como parte de una decadente dirigencia nacional, regional y municipal, refugiada en la Unidad Democrática; mientras otros después de usufructuarlas se convirtieron en vulgares comerciantes de la política, lo que se constituyó como el comienzo del proceso de destrucción y degradación de la política.
Ensayo error: “generación de relevo”
El primer ensayo-error de ese proceso destructor fue la autodenominada «generación de relevo» procreada de la alianza adeco-copeyana en la década de los 90′ y principios del presente siglo, tuvo lugar en el estado Trujillo, cuyo proyecto personal-familiar ha tenido como único y obsesivo objetivo la gobernación de esta región andina y algunas alcaldías para tras bastidores ejercer su control, y por supuesto, la satisfacción de intereses económicos.
Engendros de la degradación política
Esa generación de relevo sin formación político e ideológica que solo lograron notoriedad cabalgando sobre la descalificación de la otrora dirigencia política de la Unidad Democrática a estigmatizándolos como «los generales de la derrota», malévola estrategia que tenía como autores intelectuales a los procreadores de esa generación de relevo que a la final resultaron ser unos verdaderos «engendros de la degradación política».
De esa autodenominada generación de relevo algunos han ejercido cargos de representación popular como, gobernadores, alcaldes, diputados, legisladores y concejales, los cuales en su gran mayoría lejos de poner ese liderazgo, particularmente, el regional y municipal a disposición de la lucha por libertad y la democracia, dieron la espalda al pueblo que los eligió colocando por encima sus intereses personales, políticos y económicos aliándose política y electoralmente con el Oficialísimo desde hace 10 años.
Proceso de Descentralización – Movimiento Estudiantil Universitario
Estos engendros, unos, son producto de los efectos negativos del proceso de descentralización, que dieron lugar por ejemplo, a la fundación de partidos políticos regionales (después nacionales) y municipales, conformada por una dirigencia carente de formación ideológica, haciendo gala en la actualidad de su mediocridad política.
Otros engendros, son en su mayoría aquellos que durante la primera década del presente siglo, migraron a la política partidista provenientes del Movimiento Estudiantil Universitario, cuya lucha y liderazgo se ha visto mancillada por quienes sirven a los intereses político-electorales del Oficialismo.
Consecuencias o manifestaciones negativas
En el contexto de la degradación política, los «engendros» – según se lee en Google – se refieren a las consecuencias o manifestaciones negativas que surgen de la decadencia de las instituciones políticas y la pérdida de confianza en ellas. Estos engendros pueden incluir el aumento de la corrupción, la polarización política, la inestabilidad social, la pérdida de legitimidad de las instituciones y el debilitamiento de la democracia.
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