Ciudad de Panamá, 12 dic (EFE).- América Latina y el Caribe ha batido este 2023 una cifra «récord» de niños y niñas «en tránsito en las principales rutas migratorias» y la mayoría son menores de 11 años, según ha señalado este martes Unicef.
«Este año en América Latina y el Caribe, se ha alcanzado una cifra récord de niños y niñas en tránsito en las principales rutas migratorias», dijo en un comunicado el director regional de Unicef para América Latina y el Caribe, Garry Conille.
Entre esos número inéditos están los 99.995 menores de edad que transitaron por la selva del Darién entre enero y octubre pasado, una cifra que deja muy atrás la de 40.438 registrada en todo el 2022, según las estadísticas oficiales panameñas, explicaron a EFE fuentes de Unicef, que agregaron que esta tendencia se mantiene en otros puntos migratorios de la región.
Conille agregó que «lo más preocupante» es que «el grupo mayoritario de niños y niñas migrantes está formado por menores de 11 años», pues «este grupo de migrantes corre especial riesgo de sufrir malnutrición, enfermedades infecciosas, separación familiar y diferentes formas de abuso».
En Latinoamérica siete de cada diez niños y niñas «en tránsito» tienen menos de 11 años, según estimaciones de Unicef basadas en encuestas realizadas en Chile, Colombia y Costa Rica entre octubre y noviembre de este año.
Unicef alerta de que la región presenta «una de las situaciones de migración infantil más complejas» al tener flujos migratorios «cada vez más grandes e interconectados, a los que se suman desplazamientos internos, la violencia y fenómenos relacionados con el clima», destaca el comunicado.
Y advierte de que la situación no mejorará en 2024: se calcula que 16,4 millones de menores en Latinoamérica necesitarán apoyo humanitario el próximo año a causa de las crisis actuales como los flujos migratorios y el desplazamiento interno, la violencia y las necesidades humanitarias relacionadas con los desastres naturales.
«Se espera que el próximo año las consecuencias del fenómeno El Niño sean aún más devastadoras, con sequías en América Central y lluvias torrenciales en el sur. Los niños y niñas serán los primeros en perder el acceso a los servicios de salud, nutrición, educación y protección», declaró Conille.
El director regional explicó que «estas condiciones meteorológicas extremas crearán un efecto dominó que limitará el acceso al agua potable, aumentará los niveles de inseguridad alimentaria y malnutrición infantil».
Unicef ha hecho un llamado para recaudar 711,5 millones de dólares con el fin de apoyar la preparación y respuesta de emergencia ante crisis emergentes.
La ayuda incluye proporcionar a niños, niñas, adolescentes, y sus familias «acceso a servicios esenciales en su recorrido migratorio, así como intervenciones integradas para facilitar el acceso de los niños y niñas a servicios de educación, salud y protección en las comunidades de acogida», apunta el documento.
Unicef señaló que «gracias a las contribuciones de los donantes en 2023» se ha podido «proporcionar a cerca de 5,2 millones de migrantes y refugiados acceso a la atención primaria de la salud, vacunas, servicios de nutrición, instalaciones de agua y saneamiento y educación, así como apoyo psicosocial, cuidado alternativo y propiciar la reunificación de menores no acompañados con sus familias, entre otros servicios de protección de la infancia».
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