Ernesto Rodríguez (ernestorodri49@gmail.com)
El intelectual mexicano Miguel León-Portilla (1926-2019) fue elegido miembro de la ‘Academia Mexicana de la Lengua’ en 1961 y en el año 1956 publicó su conocida obra: ‘La Filosofía Náhuatl Estudiada en sus Fuentes’ (UNAM, México), que ha sido traducida a varios idiomas.
Portilla refiere que existen antiguas inscripciones, representaciones iconográficas, códices, y otros manuscritos, que ofrecen testimonios acerca de la visión del mundo de los pueblos de idioma náhuatl en la región central de México.
Hay testimonios sobre los llamados ‘Tlamatinime’ (‘los que saben algo’) que plantearon cuestiones sobre el ser y destino del humano similares a lo que en otras latitudes y tiempos han sido consideradas ‘reflexión filosófica’. Veamos algunos fragmentos de bellos poemas filosóficos incluidos en la recopilación conocida como ‘Cantares mexicanos’, muchos de composición anónima.
En el siguiente fragmento se expresa que la vida es absurda y es desdicha: “¿A dónde iremos? / Sólo a nacer vinimos / Que allá es nuestra casa: donde es el lugar de los descarnados. / Sufro: nunca llegó a mí alegría, dicha. ¿Aquí he venido sólo a obrar en vano? / No es ésta la región donde se hacen las cosas. Ciertamente nada verdea aquí: Abre sus flores la desdicha” (Cantares mexicanos). Portilla señala que además se suma la duda sobre lo que puede haber más allá de la vida. Veamos el siguiente fragmento: “¿Se llevan las flores a la región de la muerte? ¿Estamos allá muertos o vivimos aún? ¿Dónde está el lugar de la luz pues se oculta el que da vida?” (Cantares mexicanos).
Por otra parte, Nezahualcóyotl (1402-1472) fue un Tlamatanime que nació en Tezcoco y fue hijo del rey Ixtlilxóchitl. Pasó los primeros años de su vida en medio de persecuciones y siendo aún niño vio a su padre asesinado, y contempló la ruina de Tezcoco que fue sometido al poder del señorío vecino de Azcapotzalco. Varias crónicas indígenas refieren su vida azarosa hasta que aliado con los mexicas logró la independencia de Tezcoco, donde volvió a gobernar y construyó templos y grandes jardines zoológicos. Entre las ideas de Nezahualcóyotl está la insistencia reiterada en el cambio en el transcurso del tiempo, que expresado en náhuatl por la palabra ‘cáhuitl’, se puede traducir como ‘lo que nos deja’, es decir, ‘lo que nos abandona’. Portilla dice que en resumen se expresa la fugacidad de todo lo existente. Pero nosotros podríamos agregar que en los siguientes fragmentos la expresión: ‘raíz en la tierra’ se refiere a ‘estabilidad’ y cuando se dice que no hay tal raíz, se quiere expresar la fragilidad de todo en la vida. Veamos: “¿Acaso de veras se sirve con raíz en la tierra? / No para siempre en la tierra: / Sólo un poco aquí. / Aunque sea jade se quiebra / Aunque sea oro se desgasta, / Aunque sea plumaje de Quetzal se desgarra. / No para siempre en la tierra: / Sólo un poco aquí” (Cantares mexicanos).
Portilla comenta sobre el anterior fragmento: “Si el jade y el oro se quiebran y rompen, los rostros y los corazones, más frágiles aún, por muy nobles que hayan sido, como flores secas se desvanecen”. Veamos el fragmento siguiente de ‘Cantares mexicanos’ que es sumamente agudo: “Sólo un instante dura la reunión, por breve tiempo hay gloria (…) Ninguno de tus amigos tiene raíz, / Sólo un poco aquí nos damos en préstamo; / Tus flores hermosas / Sólo son secas flores” (Cantares mexicanos).
Resulta muy obvio que algunos autores aztecas tenían una conciencia muy clara sobre varios aspectos de la vida humana: Hay un poderoso factor de desdicha y la vida es muy frágil y todo es fugaz. Ciertamente cuando se dice “Sólo un poco aquí nos damos en préstamo” podemos interpretarlo como una gran verdad: Todos los humanos estamos viviendo transitoriamente y en cualquier momento nos puede sobrevenir la muerte…Hablando metafóricamente: Todos estamos en una condición de ‘préstamo transitorio’.