Ginebra, 13 dic (EFE).- La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), que ha reanudado sus actividades en las fronteras con Siria tras unos días detenidas por la ofensiva que acabó con el régimen de Bachar al Asad, ha contabilizado tras ello al menos 2.000 retornos de refugiados desde Líbano y unos 3.000 desde Turquía.
«También hemos visto algunos sirios que dejaban Siria hacia Líbano, en números más reducidos, pero hay un flujo en ambas direcciones», señaló el representante de ACNUR en Siria, Gonzalo Vargas Llosa, en rueda de prensa telemática desde Damasco para la prensa acreditada ante la ONU en Ginebra.
Vargas Llosa señaló que uno de los problemas en las fronteras es que no hay autoridades de inmigración en la parte siria, ya que «los oficiales que operaban en el anterior régimen básicamente han abandonado sus posiciones y las nuevas autoridades transicionales todavía no han podido reanudar los procedimientos de inmigración».
El representante de ACNUR citó Daraa, Damasco y Alepo como algunos de los destinos a los que se dirigen estos primeros refugiados retornados tras la caída de Al Asad.
Añadió que también hay muchos refugiados sirios a la espera de ver cómo evoluciona la situación en la frontera entre Siria y Jordania, que por ahora permanece cerrada, aunque las autoridades jordanas han permitido algún retorno aislado.
Vargas Llosa indicó que ACNUR ha podido reanudar en las últimas 72 horas aproximadamente el 75 % de sus actividades en centros comunitarios de acogida, y él mismo junto a otros representantes de Naciones Unidas ha podido visitar recientemente Alepo para conocer la situación de la ciudad donde comenzó la ofensiva rebelde.
«Visitamos hogares de Alepo, Hama, Idlib, y casi no había controles de seguridad», en contraste con la situación anterior, señaló, y expresó su esperanza en que «la libertad de movimientos que hemos visto por ahora continúe».
Vargas Llosa señaló por otro lado que ACNUR ha podido dialogar con las autoridades provisionales en Siria y aseguró que «las señales iniciales son constructivas».
«Nos han señalado que quieren que continuemos en Siria, que aprecian el trabajo que hemos hecho durante tantos años y que quieren que esa labor continúe, dándonos las garantías de seguridad necesarias para ello», subrayó.
Al respecto de esa seguridad, sin embargo, Vargas Llosa reconoció un «vacío de ley y orden» en algunas zonas que se ha traducido en saqueos, también de propiedades de Naciones Unidas.
«Las autoridades nos han asegurado que están intentando restaurar el orden, pero nos han pedido algo de paciencia», destacó.
El representante de ACNUR recordó finalmente que de los 324 millones solicitados en octubre por la agencia para sufragar las operaciones humanitarias en Siria sólo se han recibido 88 millones.
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