El venezolano Ludwing Ortega, oriundo de Tovar estado Mérida, se prepara para inaugurar la A&O Fine Art Gallery, un espacio dedicado al arte contemporáneo y a la fotografía documental y paisajística que busca convertirse en punto de encuentro entre artistas locales e internacionales en la ciudad de Wilton Manors en el estado de la Florida.
El proyecto se hace realidad gracias a la asociación de Ortega con el artista plástico ítalo-estadounidense Frank Angiulli, reconocido por su trayectoria en la plástica y en la promoción cultural en el sur de Florida.
La elección de Wilton Manors no es casual. Esta zona del condado de Broward se está consolidando como un distrito artístico de creciente renombre y proyección internacional, con una evolución similar a la que vivieron en su momento barrios icónicos como SoHo en Nueva York o Wynwood en Miami. La apertura de nuevas galerías, restaurantes de lujo y espacios culturales ha transformado el área en un punto de referencia obligado para turistas coleccionistas, críticos y amantes del arte.
La historia de Ortega es también la de miles de migrantes. En 2016 dejó Venezuela, forzado por la crisis económica y política que atravesaba el país. Llegó a Boca Ratón, y lejos de su familia y de sus hijos enfrentó el reto de empezar de cero en un entorno desconocido, “Lo más difícil fue estar sin ellos, la distancia familiar que quiebra cualquier corazón”, recuerda.
Con años de esfuerzo, logró establecerse como gerente de financiamiento en un concesionario de autos de lujo, cargo al que accedió gracias a una habilidad inesperada: la fotografía. Ortega, apasionado por la cámara desde hace más de 15 años, solía retratar los vehículos del inventario —Ferraris, Lamborghinis, Rolls Royce y Bentleys— con un nivel de calidad tal, que el mismo concesionario lo contrató formalmente por su talento detrás del lente y de allí, demostrando su talento fue adquiriendo experiencia, conexiones, demostrando esa fibra de la cual están hechos los venezolanos, hasta llegar a establecer conexiones con financistas estadounidenses de gran renombre y convertirse en el gerente que es hoy.
Aunque recibió encargos para bodas y fotografía comercial, decidió orientar su carrera artística hacia la fotografía documental, editorial y de paisajismo, influenciado por maestros como Robert Frank, Sebastião Salgado y Eugene Smith. Su trabajo ha estado marcado por la memoria de Venezuela, especialmente por sus series sobre la vida cotidiana de los ciudadanos en medio de la escasez de alimentos, «La realidad es una sola, y es la cámara quien la capta, mi trabajo es solo saber cuándo presionar el botón».
El camino hacia la galería no fue sencillo tampoco. Ortega admite que en más de una ocasión pensó en abandonar el proyecto debido a los largos procesos y las estrictas regulaciones en Estados Unidos. Fue entonces cuando la alianza con Frank Angiulli le dio el impulso necesario para convertir la idea en realidad, sumando experiencia artística y visión empresarial a la iniciativa.
La A&O Fine Art Gallery, ubicada en Wilton Manors, abrirá sus puertas como un espacio de exhibición, pero también como estudio de trabajo para artistas, con el objetivo de dar visibilidad a creadores locales y a talentos latinoamericanos.
“Es para nosotros un reto y un gran compromiso con el público y con lo que podemos representar todos los latinos en este gran país”, señaló Ortega, “Queremos mostrar obras de calidad muy alta y de alto calibre, tanto de artistas de la zona como de creadores latinos que buscan exponer sus trabajos en Estados Unidos”.
Para él, inaugurar esta galería no solo representa un logro personal, sino también un homenaje a sus raíces, “Representar a Tovar, denominada por muchos como la Atenas de Venezuela es un reto y un orgullo. Venir de una zona tan trabajadora y con gente tan dulce y humilde es una bendición”, afirma.
Con la apertura de A&O Fine Art Gallery, Ortega y Angiulli buscan consolidar un espacio cultural que no solo muestre arte, sino que lo acerque a la comunidad. La travesía de Ortega, de un joven fotógrafo aficionado y pequeño comerciante en Tovar, a migrante en busca de oportunidades, y ahora, a promotor cultural en Estados Unidos, es la de un héroe cotidiano que encontró en el arte no solo una vocación, sino un camino para tender puentes entre su tierra natal y el mundo.
JRM/CNP: 16.125
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