¡A votar!

El próximo domingo nos toca votar de nuevo. Ya lo dijo Su Eminencia el Cardenal Arzobispo de Caracas. Hay que votar cuando toca votar, hay que manifestar cuando toca manifestar, hay que protestar cuando toca protestar, hay que dialogar cuando toca dialogar.

Lo que no me parece es que, en medio de la espantosa crisis que está viviendo Venezuela y, del sufrimiento que está padeciendo la gente venezolana, nos quedemos cruzados de brazos, indiferentes al sufrimiento colectivo.

El gran argumento que me presentan los abstencionistas es que: “no vale la pena votar porque nos roban el voto”.

Nuestro deber es: votar! El deber del Gobierno es respetar mi voto; el deber de los partidos de la oposición es defender mi voto. Yo cumplo mi deber, yo voto. Si el Gobierno me roba el voto, allá ellos con su responsabilidad y con su conciencia. Que ellos no cumplan con su deber no me exime a mí de cumplir con el mío. El hecho de que los partidos de oposición no sepan, o no puedan, o no quieran cumplir con su deber de cuidar mi voto, no me exime a mí de la responsabilidad de cumplir mi deber de votar.

A mí que me roben el voto. Pero no esperen que yo les regale mi voto, quedándome en mi casa.

El voto, como lo ha dicho el Arzobispo Urosa, es una de las varias maneras que tengo para protestar frente al desastre que estamos viviendo y yo no pienso renunciar a ninguna de ellas. Todas las maneras pacíficas, democráticas y constitucionales que existen para protestar contra el Gobierno hay que utilizarlas y, el voto, es la primera y la más importante de todas.

Como lo ha dicho con mucha elocuencia Pedro Pablo Fernández, tenemos el deber de reconstruir aquella mayoría impresionante que se manifestó en diciembre del 2015 a la hora de elegir la Asamblea Nacional.

Es verdad que esa mayoría fue malbaratada. Es verdad que después de ese triunfo algunos dirigentes de oposición enloquecieron, consideraron que ya Maduro estaba muerto y empezaron a disparar para los lados y no para el frente. Es verdad que se nos ofreció que en seis meses salíamos del Gobierno y después se nos convocó a un revocatorio y después se nos dijo que el Presidente no era venezolano y que había abandonado el cargo y, finalmente se nos convocó a la calle, calle y más calle con saldo de muertes y heridos para después invitarnos a participar en las elecciones regionales porque íbamos a ganar todas las gobernaciones y apenas ganamos cinco de las cuales cuatro terminaron juramentándose ante la ilegal Asamblea Nacional Constituyente.

También es verdad que a veces es difícil votar por algunos de los candidatos que se nos presentan. Por encima de todo eso, lo cierto es que, cuando toca votar, yo voto. Yo cumplo con mi deber.

Seguiremos conversando.

@EFernandezVE

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