A LOS TRUJILLANOS, NO LES DEJEN SIN OPCIONES | Por : Rodrigo Cabezas Morales*

 

LLAMAMIENTO A LAS FUERZAS DEMOCRATICAS

 

  1. Escribo con urgencia y con destinatario preciso, lo hago desde mis raíces trujillanas, del amor por la tierra donde nací y de mi familia Morales, del adolecente rebelde rangeliano que inspiró mi vida de luchador social, desprendido de cualquier interés subalterno o miserable, distinto de lo acá plasmado.

El país, y en él Trujillo, vive un drama y sufrimiento humano que ha socavado los derechos más elementales de la vida en dignidad. La llamada revolución bolivariana que fue esperanza redentora de las mayorías populares y de los humildes, ha terminado en un catastrófico fraude histórico. Con ella naufragó el sueño-idea de una democracia protagónica, la plena vigencia de los derechos humanos, la ética y la moral en la conducción de la administración pública, la economía como progreso humano y la familia como núcleo fundamental de la nación.

Como pueblo estamos urgidos de un cambio político. La batalla por ese cambio político democrático que restablezca el estado de derecho, la libertad y el progreso, se entabla entre un gobierno autocrático, aislado, de espaldas al pueblo, controlado por una elite política que derivó en corrupta, y un país, un pueblo que exige y anhela una salida democrática, civilizada, pacifica, constitucional y electoral a la crisis.

Las elecciones regionales convocadas por la autocracia para el 21 de noviembre de este año, son una oportunidad para que las fuerzas democráticas opositoras asuman la responsabilidad, obligación y compromiso máximo de construir la unidad superior para que nuestro pueblo pueda canalizar su instinto de cambio político. No hay otra opción desde una mirada ética de la política en la actual coyuntura. Nada ni nadie es más poderoso que la unidad democrática.

Todos las acciones individuales de cada uno de los dirigentes políticos de las fuerzas democráticas venezolanas habrán sido inútiles si no se transforman en una lucha constante en cada espacio posible, y hacen del 21 de noviembre una ventana para movilizar, organizar y agitar al pueblo, construyendo unidad y logrando victorias en gobernaciones, alcaldías, consejos legislativos y cámaras municipales.

Trujillo no puede ser la excepción, su pueblo es de los que más ha sufrido y reclama a su liderazgo la máxima madurez para producir la mayor y mejor coalición política, social y cultural con miras al 21 de noviembre. No puede prevalecer cualquier otro interés que facilite o contribuya desde las fuerzas y el liderazgo opositor trujillano a la derrota de la mayoría societaria.  El candidato a gobernador y a las alcaldías deben salir únicamente del más amplio e inclusivo dialogo y la concertación de los dirigentes trujillanos, ello evitará cualquier imposición centralista. Apuesto esperanzado a que en este tránsito de días y horas del mes de agosto veamos desprendimientos personales y partidistas que apuntalen la unidad superior y  la inteligencia suficiente para no dejar a los trujillanos sin opciones.

  1. En este momento histórico difícil y definitorio debemos ser leales con un pueblo sometido a una devastadora destrucción de sus condiciones de vida. Esto es lo importante, lo estratégico, lo humanamente superior. Nuestros partidos o la aspiración legítima de sus dirigentes a tal o cual cargo deben subordinarse al interés y la angustia del pueblo trujillano. La máxima prioridad por la que luchamos es la gente y su crisis económica y humanitaria.

Trujillo tiene la mortalidad neonatal en 83.5 por cada mil nacidos vivos, (deberían ser 12 en estándar internacional), uno de cada 3 niños de 3 a 5 años  están excluidos del sistema educativo, en el caso de los jóvenes de 18 a 24 años más de la mitad no está asistiendo algún centro de enseñanza formal, el 15% de la población trujillana vive en ranchos, el 30% de sus viviendas no posee red de cloacas.

El 70% del comercio ha cerrado sus puertas, la industria manufacturera apenas utiliza el 10% de su capacidad instalada, las zonas agrícolas por excelencia están totalmente deprimidas, utilizando apenas el 15% de su potencial productivo, el sector de la construcción está paralizado en un 99%, en los últimos cuatro años no se ha construido una nueva edificación educativa o de salud pública.

Las familias han sido fracturadas, golpeadas, sometidas a una dolorosa e inhumana separación de padres, hijos, abuelos, tíos y demás familiares. Se produce una migración forzada, estimándose que más de 133 mil seres humanos residentes del estado Trujillo han partido al extranjero en los últimos 5 años en búsqueda de mejores oportunidades.

La aguda escasez de gasolina y gasoil impacta negativamente en la actividad agrícola, industrial y en el transporte público y de alimentos. La falta de gas doméstico y la corrupción en la venta de los cilindros de gas (bombonas) condenan a las familias a utilizar fogones para cocinar los alimentos con leña o comprar cocinas eléctricas. Las fallas y fluctuaciones en el sistema eléctrico y en el suministro de agua potable se han convertido en un calvario de familias y empresarios. La inseguridad se ha agravado particularmente para los comerciantes, productores agrícolas y ganaderos al ser sometidos a extorsiones y amenazas a sus vidas. La recolección de desechos sólidos por parte de las Alcaldías se ha convertido en una calamidad que llena de basuras a las ciudades con la amenaza a la salubridad que ello implica.

La atención a la práctica deportiva de jóvenes y atletas fue abandonada. La actividad cultural fue declarada enemiga de la “revolución” a tal punto que asaltaron y secuestraron los ateneos de Valera, Trujillo y Bocono, cerraron el centro de historia y liquidaron el sistema nacional de orquestas  juveniles e infantiles, hechura de un gran trujillano, José Antonio Abreu.

La pobreza, la desnutrición, el hambre y el desempleo de miles de trujillanos hacen obligante que la política y los políticos estén al servicio de la superación de la actual tragedia. Se trata de retomar y construir unidos la esperanza para una vida que se pueda vivir en democracia, libertad y dignidad.

“Con dinero los hombres podrán hacer un camino, pero no una aurora.

Y estamos urgidos de amaneceres.

Necesitamos un alba nueva.

Un alba que alumbre la fatiga de quienes

Han llorado a lo largo de la noche sin piedad”.

(Mario Briceño- Iragorry)

 

 

*Economista, profesor activo de la facultad de economía de LUZ. Integrante del FAVL.

 

 

 

 

 

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