Abundante colorido y música propia del movimiento cursillos de cristiandad hubo el pasado sábado 28 de mayo en la ciudad de Trujillo con motivo de celebrarse el sesenta aniversario del grupo de apostolado en la diócesis. Más de mil personas representando a unos cuarenta equipos de igual número de parroquias se congregaron en la capital del estado para un programa festivo que incluyó: Romería de colores (caminata por las principales calles del centro), eucaristía solemne presidida por el obispo diocesano, actos folclóricos y la ultreya de los cursillistas.
Los participantes se congregaron en la céntrica Avenida Cuatricentenaria en el sector La Vega. Desde las 8 y 30 de la mañana fueron arribando las delegaciones provenientes de los más diversos lugares de la geografía regional. Entre salutaciones, aplausos y bienvenidas, al son del canto “De Colores” partió la caminata con destino a la catedral atravesando las principales calles del centro.
Las imágenes de la Virgen de Fátima y San Pablo Apóstol presidían el recorrido. Globos, pancartas, cornetas y mucho entusiasmo se percibía en los cursillistas trujillanos allí presentes. “Por fin nos reunimos, después de dos años que han pasado debido a la pandemia” arengada el animador.
A las diez de la mañana arribaron a la catedral Nuestra Señora de la Paz. No se dio abasto el recinto para albergar a todos, algunos participaron desde los patios aledaños al templo. El obispo diocesano José Trinidad Fernández Angulo presidió la solemne eucaristía acompañado por 18 sacerdotes concelebrantes, seis diáconos permanentes y un nutrido grupo de seminaristas.
Un don para la Iglesia y un don para el cursillista
Inspirándose en las lecturas bíblicas de la Misa, monseñor Tino tuvo palabras de reflexión y aliento a los hermanos cursillistas quienes atentos escuchaban su homilía. Recordó el Obispo que este regreso al templo catedral era para agradecer a Dios y para experimentar la gracia del Aquel que nos hace hermanos y nos impulsa al espíritu misionero.
Señaló que al cursillo debe vérsele como un don de Dios que debe seguir siendo sorpresa. “Para que el movimiento siga siendo esperanza para muchos es necesario detenernos en la contemplación del Espíritu Santo. Sólo así se reconoce lo mucho que necesitamos de ese don divino”.
”En estos sesenta años del cursillo también ustedes recuerdan su propio encuentro en aquella ocasión; cómo fueron para que le explicaran mejor aquello que ustedes ya creían y sabían. ¿A qué fuimos al cursillo? Para conocer a Jesucristo, para escucharlo mejor y vivir en y como Iglesia. Por eso el laicado debe formarse cada vez mejor, inspirándose en la Palabra de Dios para conocer y transmitir ese mensaje de parte de Dios que es nuestra experiencia de Jesús. Somos invitados a invitar a que otros para que conozcan más y amen al Señor. Ustedes, queridos hermanos, deben recordar con humildad que Él siempre nos enseña algo nuevo, no es algo del pasado; es entrega constante y renovación permanente. Una de esas constantes señales de Dios es la invitación a caminar juntos. De allí la exhortación a la sinodalidad que nos está haciendo la Iglesia a través del Papa Francisco” dijo el obispo.
Aprovechó el pastor diocesano para recordar el gran testimonio de padre Juan Francisco Hernández quien en Trujillo fue el gran impulsor y servidor de los cursillos desgastándose en su servicio a la diócesis. También se refirió al conocido sacerdote Cesáreo Gil asesor nacional por muchos años desde aquel movimiento de apostolado.
Fiesta del reencuentro
Durante la Misa los cursillistas participaron con gran fervor en las diversas partes del sacramento. Particularmente vistoso fue el momento de la comunión pues la gran mayoría de asistentes recibió el sagrado alimento. No faltaron los cantos referidos a la experiencia del cursillo.
Antes de la bendición final hubo un momento donde los cursillistas expresaron su cercanía al Obispo quien está comenzando su ministerio episcopal en la diócesis. Siendo este el primer encuentro de monseñor Trino con el movimiento los equipos prepararon mensajes, presentes, canciones y oraciones en homenaje al pastor diocesano.
“Todos nosotros deseábamos hace mucho este encuentro entre nosotros y con nuestros pastores. Gracias Señor porque con ellos pudimos compartir el pan consagrado. Monseñor, he aquí los cursillistas de la diócesis de Trujillo. Cursillistas de Trujillo, he aquí a nuestro querido pastor. En esta fiesta queremos repetir como decimos en el cursillo: nada sin el Papa, nada sin el obispo, nada sin el párroco. Y aquí estamos unidos a ellos, en Iglesia”, dijo entre aplausos la profesora Ivenne Montilla
El padre José Gregorio Escalona, asesor del movimiento, acompañó activamente al equipo diocesano en la coordinación del evento que los cursillistas llaman Ultreya (que significa más allá); expresó su satisfacción por la notable participación y organización del evento. Agradeció al obispo y a los sacerdotes allí presentes dirigiendo también su mensaje de animación para todos los cursillistas.
La Santa Misa culminó a las 11 y 30 de la mañana. Le siguió el acto propio del movimiento donde hubo enseñanzas, cantos, oraciones hasta cerca de las dos de la tarde. Como invitado especial para el tema de formación estuvo el señor Miguel Albornoz, procedente de la ciudad de Mérida.
El Cursillo en Trujillo
El movimiento de apostolado seglar hizo su primer cursillo de hombres el 3 de mayo de 1962 en el entonces colegio Francisco de Vitoria perteneciente a los Padres Dominicos (actualmente Liceo Ramón Ignacio Méndez). Entre las 46 personas que participaron estaba el Obispo diocesano José León Rojas Chaparro, el sacerdote dominico Juan Francisco Hernández y otros tres presbíteros. El cursillo de mujeres se inició el 31 de mayo en el Colegio de las Hermanas Francisanas. Ambos en la ciudad de Trujillo.
Hasta ahora se han realizado en la diócesis 225 cursillos de hombres y 219 de mujeres para un total de 8895 varones y 9493 damas. La directiva actual de los cursillos en Trujillo está conformada de la siguiente manera: presbítero José Gregorio Escalona, asesor diocesano; Pedro y María Teresa de Pacheco, matrimonio director; Alexander y Yenni de López, matrimonio subdirector.
Prensa Diócesis de Trujillo
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