La celebración del Día Mundial del Turismo, cada 27 de septiembre, responde a que fue el 27 de septiembre de 1970 cuando se logró el establecimiento de los estatutos que regirían los destinos de la Organización Mundial de Turismo, OMT. Sin embargo no fue sino hasta 1979, durante la tercera reunión de la OMT, llevada a cabo en la localidad de Torremolinos, España, cuando finalmente es tomada la decisión de institucionalizar esta fecha como Día Mundial del Turismo, pero a partir de 1980.
La conmemoración de esta fecha es aprovechada por los distintos organismos e instituciones representativas de la actividad y desarrollo turístico en cada localidad, región y país adscrito a la OMT, para la realización de actos solemnes, entre otras actividades previamente establecidas por la Asamblea General de la OMT, a través de la recomendación de su Consejo Ejecutivo.
El objetivo de celebrar esta fecha se basa en la oportunidad de fomentar los conocimientos sobre el turismo hacia la comunidad internacional, en relación con esos elementos intrínsecos de la actividad y su importancia, así como los valores sociales, culturales, políticos y económicos que engloba.
Respecto al 27 de septiembre vale mencionar que se trata de una fecha sumamente especial, debido a que establece e fin de la temporada alta en el hemisferio norte del planeta y su comienzo en el hemisferio sur.
Como es costumbre cada 27 de septiembre el secretario general de la OMT difunde, a través de distintos medios de comunicación un mensaje relacionado con esta celebración.
Estas comunicaciones han permitido el establecimiento de ciertos conceptos con los cuales se ofrece una mayor amplitud al campo de acción relacionado con la actividad turística.
Es también de este modo como surgen las nuevas directrices que orientaran la actividad turística mundial en el futuro. Fue a través de una de estas comunicaciones cuando se planteo que el Turismo podía ser comprendido como “Aquella actividad del tipo multisectorial que requiere la concurrencia de diversas áreas productivas, tal como la agricultura, construcción y fabricación, de manera conjunta con los sectores públicos y privados, a fin de garantizar la existencia de bienes y servicios que podrán ser utilizados por los turistas. No tiene límites determinados con claridad ni un producto tangible, sino que es la producción de servicios que varía dependiendo de cada país”.