Madrid, 15 jul (EFE).- “¡Guau, lo que he cambiado!”.
Esas palabras salen a gritos de la boca de Yulimar Rojas cuando echa la vista atrás y recuerda a la atleta de 20 años que en los Juegos de Río 2016 ganó la medalla de plata en triple salto.
“Todo lo que viví en Río fue maravilloso”, dijo cuando EFE le pidió que reviviera su experiencia de aquellos Juegos, en los que saltó 14,98 metros que confía en que se queden “muy cortos” comparados con la marca que logre en Tokio 2020.
“Primero fue llegar a la Villa y ver a tantos atletas de tan gran nivel juntos, compartir, sentir lo que se vive en unos Juegos Olímpicos. Segundo, la adrenalina de sentir que miles de televisoras, que miles de personas están siguiendo un evento tan grande, estar allí presente”, señaló.
“Y luego, para poner la cereza al pastel, conseguir la medalla de plata olímpica para mi país, la primera en la historia para una mujer, y explotar. ¡Buh!, eso no se me va a olvidar”, aseguró la gran saltadora, que desde entonces ha ganado dos títulos mundiales al aire libre y uno bajo techo y ha batido la plusmarca universal ’indoor’ con 15,43.
“Si supieras”, confesó la atleta de Caracas, “que cada día que sueño la veo, veo a esa Yulimar tímida, esa Yulimar a la que le costaba mucho hablar en las cámaras, muy penosa, que llegó a unos Juegos Olímpicos siendo la novata del grupo, la nueva saliendo a las pistas”.
“Y ahora, comparada con la nueva Yulimar, es algo que te sorprende. A mí me sorprende, yo digo, ¡guau, lo que he cambiado!”, añadió.
Pero esa mujer tímida peleó con bravura por la medalla en la final de Río, en la que firmó una marca de 14,98 metros que exigió a la colombiana Caterine Ibargüen hacer el mejor salto de la temporada, 15,17 m, para ganar el oro.
“Mis primeros Juegos Olímpicos van a estar para mí marcados, y ahora estos que vienen en Tokio son para reivindicarme”, aseguró, “para superar esa actuación de Río y para que el mundo sepa quién es Yulimar Rojas, siga aprendiendo de mí y me conozcan más personas que no saben aún de mi existencia”.
Con el récord mundial de la ucraniana Inessa Kravets entre ceja y deja, esos 15,50 vigentes desde 1995, la venezolana ya ha superado en once ocasiones la barrera de los 15 metros.
“Para mí es algo maravilloso, algo que me dice que vamos mejorando”, dijo la discípula del cubano Iván Pedroso, que fue oro en longitud en Sídney 2000. “Espero que en los Juegos de Tokio esos 14,98 de Río se queden muy cortos para lo que puede lograr Yulimar”.
Natalia Arriaga