Puy de Dôme (Francia), 9 jul (EFE).- El canadiense Michael Woods (Israel Premier Tech) se unió a la leyenda del Tour de Francia como vencedor en solitario de la novena etapa, disputada entre Saint Léonard de Noblat y el Puy de Dôme, de 182,4 km, en la que Tadej Pogacar se acercó a 17 segundos del liderato de Jonas Vingegaard y Carlos Rodríguez mantuvo el cuarto puesto de la general.
El veterano Woods (Toronto, 36 años), exatleta mediofondista, hizo valer la escapada del día para apuntar su nombre en un lugar de leyenda. El canadiense despegó hasta la cima del Puy de Dôme tras atrapar a 500 metros de la meta al estadounidense del Movistar Matteo Jorgenson, quien ya estaba saboreando el triunfo, pero las rampas del volcán de Auvernia se le vinieron encima.
Woods levantó los brazos en la cumbre que estrenó Coppi en 1952 con 28 segundos de adelanto sobre el francés Pierre Latour (TotalEnergies) y 35 respecto al esloveno Mohoric y Jorgenson. En la décima plaza entró el español David de la Cruz (Astana), a 2.34.
El grupo de favoritos, muy alejado de la fuga todo el día, se animó a 1,5 km de meta con el único ataque de Pogacar, quien logró recortar 8 segundos a Vingegaard, quien no logró soldarse a la rueda de su gran rival. El español Carlos Rodríguez (Ineos) salvó el día a un minuto de Pogacar, pro aventajó en 14 segundos al australiano Jai Hindley en la pelea por el tercer puesto del podio.
No hubo destrozos en la esperada cita con el Puy de Dôme, tan solo otro mensaje de Pogacar a Vingegaard, a quien ya ha soltado un par de veces. El danés mantuvo el maillot amarillo son 17 segundos de ventaja sobre el esloveno y 2.40 respecto a Hindley. Carlos Rodríguez sigue entre los mejores, a 1.42 minutos del tercer escalón del podio.
PUY DE DÔME, ESTA VEZ MÁS LEYENDA QUE ESPECTÁCULO
Cita por todo lo alto en el Macizo Central en una jornada plagada de efemérides y homenajes. Si Luis Ocaña presidió el recuerdo en Mont de Marsan, en la salida de Saint Léonard de Noblat reinó la imagen del que fue su vecino más ilustre, Raymond Poulidor, el «eterno segundón» con 8 podios en el Tour, pero ninguno de amarillo. De paso, se sumó a los actos su nieto, nada menos que Mathieu Van der Poel, quien recibió una bicicleta de su abuelo.
Un día marcado en rojo para la batalla del Puy de Dóme, cita de favoritos y escenario para que cada uno explicara sus intenciones. Hasta los aledaños del mítico volcán un grupo de 14 corredores desafiaron al calor para irse en fuga y alcanzar rentas inéditas en este Tour, superiores a los 10-15 minutos. En la expedición dos españoles, Gorka Izagirre y David de la Cruz.
Hacía 35 años que el Tour no se asomaba a la cima del Puy de Dôme, un paraje leyenda del ciclismo y de la naturaleza, Patrimonio Mundial de la UNESCO que preside una cadena de 80 volcanes en el Parque Natural de Auvernia. Un volcán sagrado al que se asciende en espiral, vetado en esta ocasión para el público, donde se citaron Pogacar y Vingegaard para pasar a la historia en la cumbre que inauguró en 1952 Fausto Coppi.
Un volcán muy español por los triunfos de Bahamontes, quien este domingo cumplió 95 años, Julio Jiménez en 1964, Luis Ocaña en 1971 y 1973 y Ángel Arroyo en 1983. En este reencuentro con el Puy de Dôme el Tour ofrecía una página para la historia, una foto para el recuerdo, como aquella de Anquetil y Poulidor codo con codo en la cima.
El ascenso «a puerta cerrada» para el público, de categoría especial, infunde respeto con 13,3 km al 7,7 por ciento, con unos terribles últimos 4 km al 10.
WOODS DEVORA A JORGENSON Y POGACAR DA OTRO PELLIZCO A VINGEGAARD
La fuga se alteró a 47 km de meta con el ataque del estadounidense del Movistar Matteo Jorgenson. El californiano empezó a subir en solitario y aguantó hasta la pancarta de 500 metros a meta, cuando le pasó sin piedad Michael Woods, rápido en su día como mediofondista (3.42 en 1.500) e implacable en la zona más dura del Puy de Dôme.
Mientras Woods, ganador de dos etapas en la Vuelta y bronce en el Mundial 2018 que ganó Alejandro Valverde, disfrutaba de una victoria histórica, en el grupo de favoritos el Jumbo Visma trataba de llevar el control con el «treno» de Kilderman, Kuus y Van Aert. Pogacar iba a rueda, tranquilo, esperando su momento.
La superioridad numérica del Jumbo no fue obstáculo para que de nuevo el esloveno tomara la iniciativa ofensiva. En un tramo del 12 por ciento cambió de ritmo y se marchó. Vingegaard no se cebó y Carlos Rodríguez se limitó a subir a su ritmo.
No hubo espacio ni fuerzas para grandes destrozos. El Puy de Dôme no se tragó a nadie. Cuestión de puñados de segundos, pero poco a poco Pogacar se acerca a Vingegaard, casi en silencio, pero ya lo tiene a tiro. La forma del esloveno cotiza al alza. Y mientras, Carlos Rodríguez se permite seguir soñando con el podio. Queda mucho Tour y muchas emociones. En el Puy de Dôme se echaron en falta.
El pelotón del Tour de Francia disfrutará de la primera jornada de descanso este lunes en el entorno de Clermont Ferrand. Día para reponer fuerzas tras las etapas pirenaicas y la transición hacia el Macizo Central, donde el Puy de Dôme añadió grandes dosis de interés camino de los Alpes.
Carlos de Torres