Acusar a quienes hemos venido promoviendo la cooperación internacional, de promover la intervención militar es absurdo; hemos defendido y propuesto en la Asamblea Nacional el TIAR, el cual ofrece un marco jurídico que permite instrumentar mecanismos de cooperación internacional para el fortalecimiento incluso de la capacidad de la Fuerza Armada Nacional, la defensa de la soberanía, la independencia política e integridad territorial de la Nación” acotó el parlamentario.
Explicó que el TIAR, “no tiene el sentido que le quiere dar el régimen de la usurpación, que es un instrumento de dominación, de hegemonía por parte del imperialismo norteamericano. Si algo erradicó el viejo concepto del panamericanismo de la doctrina Monroe, fue justamente este Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, porque los objetivos políticos y estratégicos al suscribirse en 1947, fueron disuadir aquellos Estados de los que se temía una agresión, por lo menos ideológica, que podía derivar en conflicto armado o poniéndoles una alianza de alcance continental. Contenía en esencia una concepción de las relaciones entre los pueblos americanos en caso de conflicto”.
Seguridad continental tiene su origen en el pensamiento de Bolívar
Dijo Dávila Barrios que está plasmada en los libros de historia la reunión efectuada en Panamá, a la que acudieron representantes de varias repúblicas invitadas por Simón Bolívar, quien ansiaba organizar una auténtica liga de Estados Americanos, y firmaron el 15 de julio de 1826 un Tratado de Unión, Liga y Confederación, ratificado posteriormente por otros países, es decir “la seguridad continental tiene su origen en el pensamiento de Bolívar, con el transcurso del tiempo, se llegó a la firma del Tratado en Río de Janeiro en 1947”.
Precisó que es un Tratado para el mantenimiento de la Paz, cuyo artículo primero comienza condenando la guerra y con la obligación de no emplear la fuerza o amenazas de fuerza en contra de las disposiciones de la Carta de la Naciones Unidas y de la OEA. Así mismo, el artículo 8 contempla una serie de medidas, que van desde lo menor hasta lo mayor de carácter diplomático, hasta que se llega al uso de la fuerza armada que no es obligatoria de los países signatarios del TIAR.