La fronteriza localidad de Delicias está enfrentando una grave situación de riesgo hidrogeológico que compromete el futuro de esa población de más de 6.000 habitantes, ya que hay evidencia de que aproximadamente unas 300 viviendas, edificios y construcciones oficiales están siendo afectadas por un deslizamiento que se detectó hace más de 10 años y que las autoridades no han resuelto.
La información la dio a conocer el defensor de derechos humanos, presidente de la Fundación El Amparo y director General del Comité Contra la Impunidad en Venezuela (Ciciven), Walter Márquez, quien el pasado fin de semana estuvo en la zona reunido con habitantes de la localidad, quienes viven una situación de emergencia.
Detalló que la iglesia San José de Delicias tiene grietas muy grandes, el Centro Diagnóstico Integral (CDI) tuvo que ser desalojado por la misma situación, la biblioteca pública presenta daños y frente a la sede de la Guardia Nacional hay grietas de importancia.
“Siendo diputado por la frontera lo hice público y llevamos a un grupo de geólogos y de ingenieros que detectaron y recomendaron soluciones. Ya no es tiempo de echar culpas, pero es necesario que el gobernador actual, Freddy Bernal, y el alcalde del municipio Rafael Urdaneta, Raúl Villamizar, declaren la emergencia, instalen un comité técnico, tomen las acciones y los correctivos correspondientes para evitar que Delicias se deslice hacia el río Táchira”.
Márquez informó que ante esta situación se constituyó un comité de defensa de Delicias, presidido por Carlos Acevedo, Antonio Casanova y la integran el sacerdote Roberto Marchán y el médico de la localidad, Robinson Parra, quienes están dispuestos a trabajar junto a las autoridades locales, regionales y nacionales en alternativas de solución a la falla geológica.
Recordó que durante el año 2011 el ingeniero geólogo Carlos Quintana, el geólogo Jesús España y quien fuera la directora de Corpointa, Luz Marina Hernández y el ingeniero Giovanni Becerra, trabajaron sobre el tema y presentaron soluciones.
Según esos estudios hay una parte del pueblo que se puede salvar y otra en la que sus habitantes deben ser reubicados. “El problema más grave es las corrientes de agua que con unas arcillas expansivas, en épocas de invierno generan movimiento. Esa es una zona de alto riesgo sísmico también. Tenemos del otro lado de Rafael Urdaneta, el caso de Herrán, en Colombia, donde en un caso similar reubicaron una parte del poblado y otra área la salvaron. Si hay la voluntad política de los sectores del Estado venezolano, Delicias puede seguir en el futuro siendo la capital del municipio Rafael Urdaneta”, explicó el Presidente de la Fundación El Amparo.
Walter Márquez hizo un llamado a la comunidad nacional e internacional porque Delicias puede desaparecer si no se toman medidas urgentes, establecidas en el artículo 55 de la Constitución de la República sobre el derecho de protección frente a amenazas y vulnerabilidades, y la responsabilidad de proteger (R2P) establecida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).