Washington, 30 mar (EFE).- Volkswagen en Estados Unidos cambió oficialmente este martes su nombre a Voltswagen, en referencia a la unidad de potencia eléctrica voltio, como declaración de que la compañía no tiene ninguna duda de que su futuro -y del sector- es eléctrico y su intención es convertirse en el «automóvil eléctrico del pueblo».
Un día después de revelar de forma accidental su nueva estrategia de marca, el fabricante alemán Volkswagen confirmó (VW) este martes que a partir de mayo, la compañía en Estados Unidos se llamará Voltswagen, abandonando el nombre con el que llegó a Norteamérica en 1955 para asumir sin complejos el futuro eléctrico del sector.
VW tenía previsto inicialmente anunciar el cambio de nombre el 29 de abril pero ayer la compañía colgó en su página web de forma no intencionada el comunicado de prensa en el que se informaba de la adopción de Voltswagen en Estados Unidos.
Antes de que la compañía pudiese remediar el error, el comunicado fue visto por varios medios de comunicación, arruinando la sorpresa que VW tenía preparada de cara al inicio de las entregas de su primer vehículo eléctrico (VE) en Estados Unidos, el todoterreno SUV ID.4.
Durante horas, la compañía alemana se negó a confirmar oficialmente que el fugaz comunicado era real y no una broma (el 1 de abril es April Fool’s, el día de las inocentadas en Estados Unidos) pero portavoces anónimos de VW se vieron forzados a reconocer que efectivamente la compañía pasará a llamarse oficialmente Voltswagen of America en mayo.
Este martes, VW emitió finalmente el comunicado afirmando que Voltswagen «es una declaración pública de la inversión hacia el futuro en movilidad eléctrica» y que «el nuevo nombre y la marca simbolizan la elevada carga hacia adelante que Voltswagen ha puesto en marcha, en busca del objetivo de mover a todas las personas con VE».
El cambio significa que a partir de este martes, los vehículos eléctricos de VW llevarán el nombre Voltswagen y el clásico logotipo VW con un fondo azul claro, mientras que los vehículos de combustión sólo mostrarán el logotipo clásico sobre un fondo azul oscuro.
Voltswagen también reemplazará a Volkswagen, que en Estados Unidos se creó en 1955, sólo 10 años después de la derrota de Alemania en la Segunda Guerra Mundial, en todas las propiedades y concesionarios de la compañía en Estados Unidos.
El consejero delegado de VW, Scott Keogh, se refirió en un comunicado al significado literal de Volkswagen (en alemán, «automóvil del pueblo») y aprovechó para lanzar una velada crítica a sus principales rivales en el sector de VE.
«La idea de un ‘automóvil del pueblo’ es nuestra esencia. Hemos dicho, desde el principio de nuestro cambio a un futuro eléctrico que produciremos VE para millones no sólo para millonarios. Este cambio de nombre supone un guiño a nuestro pasado como automóvil del pueblo y nuestra firme creencia que nuestro futuro es ser el automóvil eléctrico del pueblo», afirmó Keogh.
Las palabras de Keogh están dirigidas a Tesla, el principal fabricante de vehículos eléctricos del mundo, que hasta ahora se ha distinguido por sus automóviles de la gama alta a pesar de que su consejero delegado, Elon Musk, siempre ha defendido que la intención de su compañía es abaratar la tecnología para que sus vehículos puedan ser adquiridos por la clase media.
Keogh también apuntó a la realidad que los modelos eléctricos lanzados hasta el momento por compañías como General Motors (GM) o Ford son vehículos de la gama alta fuera del alcance del consumidor medio.
Por ejemplo, el primer vehículo eléctrico de GM, el GMC Hummer EV, una camioneta «pickup» eléctrica, tiene un precio que va desde los 79.995 dólares en su versión más barata (que no estará disponible hasta la primavera de 2024) hasta los 112.595 dólares de la serie especial y limitada denominada Edition 1.
El cambio del nombre coincide con la llegada a los concesionarios de VW en Estados Unidos del ID.4, el primer vehículo eléctrico que el fabricante lanza en Estados Unidos. Ayer, VW lanzó la nueva campaña comercial del todocaminos SUV, que es también su primer VE global.
La adopción de la denominación de Voltswagen también permite a VW acelerar la reconstrucción de su imagen en Norteamérica, gravemente dañada en los últimos años por el escándalo del fraude los motores diésel de la compañía para ocultar sus emisiones reales de óxidos de nitrato y que le ha costado sólo en EE.UU. 15.000 millones de dólares en multas y compensaciones.