«A la orden la mora, la lechosa, el durazno», grita Heidi Pernía a los conductores que se detienen a esperar que cambie de color de semáforo, en la avenida Lucio Oquendo de San Cristóbal.
Desde hace varias semanas esta actividad de venta informal de frutas ha ido en incremento en las vías de San Cristóbal, la cual había mermado a mediados de finales de 2017, en vista del poco poder adquisitivo e inexistencia de efectivo en la capital tachirense que permitiera el menudeo de productos tan fácilmente.
«La situación económica que estamos viviendo en el país no obliga a salir a trabajar. Preferimos trabajar antes que salir a robar pertenencias. Es mejor ganarse el día a día», expresó Heidi sosteniendo dos bolsas de mora en cada mano.
También Pernía refirió que en San Cristóbal es mejor trabajar por su cuenta que laborar para otras personas, de allí su decisión de ofrecer las frutas en la calle.
«Así uno venda un solo paquete en el día, para mí es una bendición» manifestó Heidi Pernía.
Por su parte, los conductores nuevamente vuelven a retomar este tipo de compras, con precios que se consideran económicos. Pues ofrecen un kilo y medio de mora en 5000 pesos y 7 kilos de lechosa por el mismo costo.
De igual modo, Leonard Bernal señaló que habían abandonado el punto por la crisis del país, pero decidió volver a la venta informal ante las pocas fuentes de empleo disponibles en la ciudad. De la venta de frutas Leonard se sustenta junto a su esposa.
Son muchos los semáforos de la ciudad en donde ya se pueden observar y comprar frutas, de la temporada e importada, a precios que compiten con el mercado local.