Considero a Juan Pablo Guanipa un héroe. Es un hombre de principios y temple combativo, que se crece ante las dificultades, coherente y con una gran capacidad de entrega y sacrificio, capaz de anteponer el bienestar de Venezuela sobre sus propios intereses. Es un Político con mayúscula, de los que quedan muy pocos, cuya vida y actuación le llenan a uno de esperanza. Los zulianos nos sentimos orgullosos de él y estamos seguros de que su gesto valiente le será reconocido algún día, como merece, y que alcanzará un muy alto sitial en la historia y en la política de Venezuela. Su reciente actuación cuando fue capaz de sacrificar su cargo de gobernador porque no quiso humillarse ante la fraudulenta Asamblea Constituyente, me recordó la actitud valiente de Fermín Toro. Cuando el 24 de enero de 1848, se produjo el asalto al Congreso, ordenado por Monagas, Toro era diputado por Caracas. Unos días después, el Congreso se volvió a instalar como un instrumento servil de la dictadura. Para que el Parlamento volviera a funcionar, Monagas envió a sus emisarios a solicitar a los diputados que regresaran a sus puestos. Algunos lo hicieron, otros se negaron. Entre ellos, Fermín Toro que enfrentó a los emisarios con estas palabras: “Díganle al General Monagas que podrán llevar mi cadáver, pero que Fermín Toro no se prostituye”.
Juan Vicente González llamó a Fermín Toro “el último venezolano” y dijo de él estas palabras: “Ardía su alma de amor a la libertad, llama celeste, y amor a los hombres, que en él no se debilitó jamás”.
Juan Pablo Guanipa merece palabras como estas, y para mí seguirá siendo el verdadero gobernador del Zulia. Y, sin embargo, yo voy a votar el 10 de diciembre. Voy a votar porque aunque las elecciones se seguirán realizando de un modo turbio y fraudulento, el voto es el arma principal de los verdaderos demócratas y yo no voy a renunciar a ella. Yo pienso cumplir con mi derecho y mi deber; allá con su conciencia los tramposos, los manipuladores y los que vienen utilizando las elecciones para acabar con la democracia. Yo al menos, no voy a librarles del peso de su culpa. Voy a votar porque no quiero apoyar la mentira de que ellos son mayoría y que el pueblo apoya masivamente sus políticas que nos han traído hambre, escasez y enfrentamiento. Voy a votar porque pienso que la pelea hay que darla en todos los terrenos y no podemos entregar los espacios conquistados. Voy a votar porque no renuncio a la esperanza y pienso que la lucha por rescatar la democracia merece la pena aunque se pierda. Voy a votar porque no quiero que lleguen al poder personajes sin méritos que viven la política sin la menor ética. Voy a votar porque no entiendo cómo los que ahora nos piden que no votemos, dentro de unos meses nos van a pedir el voto en las elecciones presidenciales.
Comprendo que hay muchas razones para no votar, y respeto a los que no lo harán. Pero por favor, como verdaderos demócratas, respetemos la diversidad y dejemos de llamar traidor o vendido al que piensa y actúa de un modo diferente. Es hora de la verdadera unión y de anteponer los intereses de la República sobre las ambiciones personales. La gravísima situación del país no aguanta más demoras ni peleas personalistas.
@pesclarin