Vos sos de Valera: “Al mal tiempo buena cara” / Por Alfredo Matheus

Sentido de Historia

 

 

Ningún problema es eterno. Lo dicen nuestros abuelos. Sin ser psicólogos, le daban respuesta de mucha sabiduría a la realidad que estaban viviendo… Si estamos pasando por malos momentos y ponemos mala cara, ese “charquito de agua” se transforma en un “océano de problemas”… Y cómo queda aquello de: “No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista”, sencillamente que, nada es imposible si nos proponemos cambiar como personas, de allí, podemos cambiar a nuestra amada Venezuela, nuestra querida Valera.

 

200 pesos de oro por Valera

 

Don Marcos Valera observó en las mesetas de nuestra comarca un lugar ideal para construir grandes haciendas de cañaverales. Una extensa vegetación atravesada por tres hermosos ríos: Motatán, El Momboy, La Quebrada de Escuque, era una zona privilegiada, única, en tierras trujillanas… Pagando 200 pesos de oro a las autoridades de la época, Don Marcos se posesionó de aquellos maravillosos sembradíos, de allí se cree viene el nombre de “Valera”.

 

No hay cama pa´ tanta gente

 

En 1600, Marcos Valera, es señor y dueño de las mesetas valeranas. Se da a la tarea de levantar las primeras casas con techo de paja. No faltó un oratorio privado, por la generosidad de Marcos, los labriegos también lo utilizan para elevar oraciones al Todopoderoso… En 1780, nuestra querida Valera va adquiriendo “cara y corazón de pueblo”; camino real, capilla y cementerio, «pa´ qué más” diría mi abuelo Domingo… En 1780, la comarca crece a pasos de gigante, la voz se corrió y comienzan a llegar pobladores de distintos lugares de la geografía trujillana. Hombres y mujeres se refugian en casas de paja y barro. Les encanta sembrar plátanos, algodón, cacao y maíz. En momentos de cosecha se hacía el popular trueque, se cambiaban plátanos por café… En 1790, Domingo del Rosario Ojeda, adquiere un buen lote de tierras y así nace la hacienda Santa Rita (1780-1790). Años más tarde vendería esta hacienda a doña Valentina Terán (madre de Mercedes Díaz).

 

Vos sos de Valera

 

Valera ha sido bendecida por la providencia a pesar de los malos gobiernos, a excepción de la administración del Dr. Jacob Sénior… Nació como una aldea de 30 casitas de barro en los alrededores de las haciendas de caña y laboriosos trapiches, se transforma en uno de los centros comerciales de mayor dinamismo en la década de los años 60 del siglo pasado en todo el Occidente venezolano, por encima de Mérida y San Cristóbal.

El 15 de febrero de 2024, Valera cumplió 204 años de haber sido erigida Parroquia Eclesiástica. Marcos Valera tuvo el honor histórico de ser el primer administrador del terruño desde septiembre de 1595, en el preciso momento que comienza a levantarse el caserío con haciendas de caña, cacao, añil y trapiches que llegaban hasta la población de la Puerta… Por aquí transitaron indígenas Timoto-Cuicas… Gracias a la generosidad de Mercedes Díaz, dona las parcelas para la construcción de la plaza, la capilla San Juan Bautista, las calles y avenidas del centro del poblado, el cementerio, el edificio municipal, la cárcel que no podía faltar, los teatros que ya escenificaban obras al público, la Casa de los Corredores donde se conseguía de todo como en botica, la primera escuela y la posada de la matrona, Ana Rueda, había comida con sabor a leña a cualquier hora del día.

 

La Valera andariega

 

Ya había dado grandes pasos en su caminar hacia el progreso “y pa´lante es pa´ llá”, cuando el Obispo Lasso de la Vega decide erigir a Valera, con sus cuatro calles y una plaza que a la vez era el gran mercado a cielo abierto. Fue un 15 de febrero de 1820 de ese hecho histórico en lo religioso, que el ayuntamiento, 150 años después, tomó esa fecha para la celebración de Valera.

 

La viruela echó a perder la fiesta

 

Para el año 1920, la ciudad llevaba dos años preparándose con anticipación para la celebración de los “100 años de la gran ciudad”, como no falta “Un diablo en misa”,” «zúas”, de la noche a la mañana llegó una epidemia de viruela que puso a correr hasta el único cura que había por estos cañaverales… La gente atemorizada se “olvido del fiestón” y a “correr se ha dicho”. Las autoridades se quedaron con los trajes hechos. La reina no pudo ser coronada. La consigna general era: «En mejor que digan aquí corrió y no aquí murió”… La celebración se realizó un año después del “corre-corre de la viruela”.

 

Trujillanos más calientes que fogón de leña

 

En 1900, el General Cipriano Castro, eternamente agradecido por el gran recibimiento que le hicieron en Valera en su paso a la Presidencia de la República, emite un decreto para trasladar la capital del Estado que estaba en Trujillo hacia Valera, orden que se cumplió sin protesta alguna el 2 de septiembre de 1900. De allí nacieron esos “malos ojos” que algunos trujillanos le aplican a los valeranos a lo largo de este episodio histórico que estremeció el alma de los habitantes de la capital… Aunque dice la sabiduría popular que, “malos ojos son cariño”.

 

La ciudad más limpia de Venezuela

 

Ese galardón se lo ganó hace unos 55 años, otorgado por el Ministerio del Ambiente; hoy, es calificada como una de las ciudades más sucias. El día de su cumpleaños, el 15 de febrero de 2004, daba pena ajena caminar por sus calles. Uno se preguntaba, ¿Por qué la ciudad ha tenido tan mala suerte con sus gobernantes?, ¿Por qué tanto desprecio por el terruño?, ¿Por qué le caen a patadas? Hasta el orador de Orden lo trajeron de Caracas; aquí sí es verdad que se pasaron de maraca, diría el finado Chávez, refiriéndose a quienes desprecian al pueblo.

 

 

Obra consultada: La Valera de Siempre… Elvins Humberto González

 

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