Voracidad fiscal y fallas de servicios llevan al comercio merideño a la quiebra

Yanara Vivas SNTP 6961 / CNP 16770

Los merideños tienen derechos a una vida normal donde nos podamos desenvolver, trabajar, acudir a centros de salud, ir a hacer las compras o estar en sus casas tranquilos, disfrutando de una película o realizando las labores sin temor a quedarse a medias por falta de energía eléctrica afectando la cotidianidad. En esto han coincidido legisladores y concejales merideños, quienes han alzado su voz especialmente ante los prolongados cortes del servicio eléctrico.

“Aquí no queremos más planificación de cargas, necesitamos luz las 24 horas del día” dijo la legisladora Liliana Guerrero, señalando como “el régimen en el estado hace anuncios de inversión, pero no hay resultados” siendo cada vez mas necesario lograr el cambio político, económico y social en el país.

Guerrero se solidarizó con los alcaldes de la zona panamericana, señalados por el gobernador como responsables de la explosión en la subestación La Rinconada, en Santa Elena de Arenales, aun cuando saben muy bien la realidad del sistema eléctrico nacional, según explicó.

Por su parte el concejal de Copei Francisco Ridelis, se refirió al cierre de establecimientos comerciales como consecuencia de la “voracidad fiscal” empeorado por la falta de compradores debido a la faltad de poder adquisitivo, las dificultades para surtir combustible y las fallas de servicios, causando números rojos en sus contabilidades viéndose obligados a declararse en quiebra.

Para Ridelis, Mérida necesita nuevas políticas de gobierno donde se creen puestos de trabajo y se permita trabajar sin zozobras fiscales.

 

 

 

 

 

 

 

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