Texto y Gráficas: Hebert Carrizo
Interrupciones del servicio eléctrico, elevados pagos por conceptos de servicios públicos y tasas arancelarias, son los obstáculos más frecuentes con los que se encuentra el comerciante de la ciudad de Valera, la capital comercial del estado Trujillo, la situación también perjudica a quien está interesado en un emprendimiento.
Y es que los apagones se registran en toda la localidad de manera más recurrente y hasta por mayor tiempo, interrumpiendo la actividad en los comercios, los cuales quedan a oscuras y sin poder hacer uso de equipos eléctricos, salvo que cuenten con su propia planta generadora de electricidad.
Esto a pesar que cada mes el comerciante debe pagar una factura con elevada suma por concepto de electricidad y aseo urbano, entre otros servicios.
A esta carga también se suma el pago de impuestos que, si bien, son necesarios y están contemplados en la legislación vigente, pareciera que en algunos casos no existiera la debida armonización tributaria, de hecho, sobre este apartado, ya se ha pronunciado con anterioridad los representantes de la Asociación de Comerciantes e Industriales de Valera (Acoinva).
El gremio empresarial cuestiona que la oficina del SUMAT de la Alcaldía de Valera basado en la Resolución 011-23 pretenda cobrar la tasa más alta (3%) de impuesto a la actividad económica que contempla el documento, cuando en realidad esta resolución administrativa establece límites máximos tanto para las alícuotas como para el mínimo tributable anual, es decir, fija un rango para aplicar la alícuota, según la actividad económica, de manera razonable y viable para la municipalidad sin perjudicar al comerciante.
Aún más, cuando en Valera existe una Ordenanza Sobre Actividad Económica que contempla una alícuota que oscila entre 0,90% y 2% en la mayoría de actividades definidas en esa ley municipal, lo cual es cónsono con los límites de la Resolución 011-23.
Comerciantes plantearon inquietudes al gobernador de Trujillo
Es tanta la inquietud empresarial que, estos temas salieron a relucir por parte de la representación de Acoinva en la reunión que se realizó en febrero pasado entre empresarios y el gobernador del estado Trujillo, Gerardo Márquez.
En ese encuentro, el presidente de Acoinva, José Luis Rodríguez habló sobre la necesidad de mejorar los servicios públicos y pagar tarifas en función del consumo, también denominó las actuales cargas de impuestos como una “voracidad fiscal” y consideró necesario realizar una revisión a las implementaciones tributarias para sincerar de acuerdo a la situación actual.
De hecho, al representante de Acoinva ve con preocupación que algunos negocios se les dificulta permanecer operativo, dado los altos costos para su mantenimiento, mientras a los emprendimientos se les hace cuesta arriba formalizar su propuesta.
Prolifera comercio informal
Rodríguez asegura que hay proliferación del comercio informal y explica que en parte se debe a los altos costos del proceso de registro y los posteriores compromisos tributarios y pagos de servicios públicos.
Bajo ese panorama, son muchos los emprendimientos y propuestas comerciales que se quedan del lado de la informalidad, mientras que entre los negocios ya establecidos surge la necesidad de reducir costos operativos, algunos de ellos reajustan sus nóminas y se quedan con el mínimo personal; otros, se ven obligados a cerrar sus puertas.
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