Vivimos el imperio de los dólares y los anti-valores

 

En nuestro país la hiperinflación sigue desenfrenada y ya se dice que para finales de 2020 el dólar puede valer más de 1 millón de Bs.

Eso tiene varias consecuencias. El costo de la vida aumenta cada día mientras los sueldos en el sector público permanecen iguales y el poder adquisitivo de gran parte de la población cada día disminuye más. No obstante, hay un sector de la población que dispone de suficiente dinero y en algunos casos hasta de mucho dinero. Hace unos días me contaban que en algunas ciudades ya hay gente gastando grandes sumas de dinero para los estrenos y las fiestas navideñas. Entonces dentro de este sector adinerado hay que distinguir: 1) Los ciudadanos que reciben jugosas remesas de familiares que están en el exterior o en el país. 2) Los ciudadanos que ejercen de manera privada profesiones lucrativas y 3) Los comerciantes y empresarios que tienen buenas tasas de ganancia aunque no especulan.

No obstante, en este sector que dispone de mucho dinero también hay varios casos: A) Un porcentaje significativo de ciudadanos (de todas las tendencias políticas) que se lucran con la corrupción (por ejemplo reventa de la gasolina, etc.). B) Comerciantes muy especuladores, voraces y ladrones y C) Narcotraficantes.

Como consecuencia, en nuestro país se está dando una pavorosa inversión de valores.  En el comienzo de la tragedia ‘Machbeth’ (aprox. 1606) del dramaturgo inglés William Shakespeare (1564-1616) las tres brujas dicen al unísono: “Lo hermoso es cochino, y lo cochino es hermoso” (Fair is foul, and foul is fair). Eso está sucediendo en nuestro país porque los docentes en todos los niveles, incluyendo el universitario, perciben sueldos que no permiten ni vivir y lo mismo ocurre con otros profesionales muy importantes para el país como los del sector de la salud (médicos, enfermeras, etc.) y otros profesionales de diversas áreas. Entonces esta inversión de valores tiene consecuencias terribles desde el punto de vista ético y humano. En efecto, no se valora nada la formación académica y mucho menos la cultura. Los jóvenes pierden motivación para estudiar y ven el ejemplo de los malvivientes que disponen de muchos dólares. Recordemos al filósofo español José Ortega y Gasset (1883-1955) que en su obra: ‘Meditaciones sobre el Quijote’ (1914) dice: “Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo”. Recordemos también lo que K. Marx y F. Engels aseveran en su obra: ‘Ideología Alemana’ (1845) cuando dicen: “la vida determina la conciencia” (1). Los jóvenes ven que los profesionales preparados no pueden ni sobrevivir con su mísero sueldo. Esta triste realidad significa que en cualquier proceso de reconstrucción una de las prioridades tendría que ser inculcar valores a la juventud y para lograrlo, entre otras cosas, los profesionales deberían percibir una remuneración que al menos permita vivir dignamente. Es decir, los jóvenes deberían adquirir conciencia de que el esfuerzo para estudiar y prepararse, es muy importante para nuestro país y para realizarse en su vida como futuros profesionales. Mientras no venga ese enderezamiento de los valores seguiremos hundiéndonos más y más. Como muy bien dijo el autor rumano-francés Emil Cioran (1911-1995) en uno de sus aforismos: “Podemos imaginarlo todo, predecirlo todo, salvo hasta dónde podemos hundirnos” (2)…¡Eso es una gran verdad!!! . NOTAS: (1) I. Feuerbach. La esencia de la concepción materialista de la historia. Ser social y conciencia social (2) Pag. 49 en E.M. Cioran (1987) ‘Ese Maldito Yo’. Tusquets Editores.

Ernesto Rodríguez (ernestorodri49@gmail.com)

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