“Vivimos aquí por necesidad”: valerana en Agua Clara clama un hogar digno para su familia

Marian Valecillos cada noche teme por la estabilidad de la parte de casa que aún le queda. Ella junto a sus tres hijos menores de edad y su esposo viven en una casa construida en bahareque que tiene un alto riesgo de derrumbarse por completo, según un informe de Protección Civil. Mitad de la casa de Marian se derrumbó el pasado 11 de mayo, tras registrarse lluvias en la entidad trujillana.

“Yo esa noche estaba en casa de mi mamá, cuando escampó subí y conseguí el desastre, esa pared se había caído. Los niños no paraban de llorar y yo estaba en shock, lo que hice fue llamar a mi esposo y decirle: Se cayó”, relató Valecillos

Esta familia valerana vive en Agua Clara parte alta, sector Carmania, han pasado 10 días desde que su hogar fue derrumbado por las fuertes lluvias y hasta ahora no ha recibido ningún tipo de ayuda, ni respuesta ante sus peticiones. Valecillos y sus hijos siguen viviendo en la mitad de la casa que quedó levantada porque no tienen para donde irse.

Vivimos aquí por necesidad, porque si no yo me fuera a otro lado, es feo vivir así, en las noches mi esposo y yo no dormimos cuando llueve porque estamos pendiente que no se nos venga una pared encima”, lamentó la madre de familia.

Los hijos de Mariam tienen 5, 7 y 8 años, duermen juntos en dos camas que están una al lado de otra en el cuarto que les quedó en la casa. El mayor temor de esta madre es que la pared, que está inclinada hacía la cama de los pequeños, se caiga mientras alguno de ellos duerme.

Desde hace meses atrás esta familia notaba que la infraestructura se encontraba en muy mal estado, y lo habían denunciado ante concejales de Valera, pero las peticiones de ayudas quedaron sin respuestas.

Valecillos y su esposo se encuentran ahora en una búsqueda de ayudas que les permita vivir en un hogar digno. “Nosotros solo pedimos una casita donde no nos mojemos, porque aquí en esta se moja uno más adentro que afuera. Donde estemos tranquilos con nuestros hijos, sin miedo a que se caiga”, relató la valerana mientras observaba un caserío a lo lejos llamado Jeromito al que le gustaría mudarse.

Mariam contó que también han pedido ayuda de materiales para construir una casa, pero no han conseguido nada. “Un bulto de zinc cuesta 150 dólares, nosotros no podemos comprar eso”, expresó.

Después de derrumbarse parte de la casa, en esa familia solo trabaja Robinson, el esposo de Mariam, ya que la madre afirma que le da miedo irse del lugar y encontrarse con otra tragedia.

“Yo trabajaba en casa de familia, pero ahora me da miedo que yo esté allá y me llamen para decirme que se cayó otra pared de la casa. Porque si se cae me pueden dañar el televisor o la nevera, y después como hace uno para comprar eso otra vez”, afirmó Valecillos.

Mientras reciben alguna ayuda, Mariam y Robinson seguirán rezando por las noches para que no llueva y tapando con un poco de cemento las grietas que cada vez se abren más en las paredes de la casa.


Por: Génesis Chinchilla ECS

Fotos: Marcos Villegas

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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