Visión Ciudadana | La denuncia ante las naciones del mundo | Por Jorge Rosell y Jorge Euclides Ramírez-

Por Jorge Rosell y Jorge Euclides Ramírez- 11 julio, 20242
El primer día de campaña electoral, el jueves de la semana pasada, hubo 11 detenciones de activistas políticos de la oposición, bajo la forma criminal de desaparición forzada y se cerró una emisora radial. Con tales acciones respondió el régimen arbitrario a las graves denuncias que formuló el Alto Comisionado Volker Turk ante el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Ginebra.
Turk dividió su extensa declaración sobre los desmanes del oficialismo según se refería a los diferentes crímenes que logró comprobar y comienza con recordar que el 22 de enero el gobierno puso en práctica el Plan Furia Bolivariana, lo cual sobresalta solo con su nombre, que generó denuncias de vandalismo en la sede de partidos de oposición en 7 estados del país, así como en contra de oficinas de organizaciones de la sociedad civil. A ello se suma las sentencias del Tribunal Supremo de Justicia mediante las cuales de manera inmotivada se inhabilitaron a siete importantes figuras de la oposición para participar en procesos electorales. En lo tocante a la violación del derecho de libertad de expresión destaca el cierre de 43 emisoras de radio desde mayo de 2023. Paralelamente unas 50 páginas web fueron bloqueadas sin notificación y sin el procedimiento debido de suspensión.
Si bien todas estas acciones constituyen graves transgresiones hacia los derechos humanos que responde a ataques generalizado o sistemáticos contra la población civil, lo cual configuran crímenes de lesa humanidad, según el artículo 7 del Estatuto de Roma, no olvidó el Alto Comisionado en su Informe ante la ONU, los crímenes de mayor gravedad perpetrados por el oficialismo. Basándose en informes de PROVEA, Volker Turk aseveró que se constató que entre 2013 y 2023 hubo cerca de 43.000 violaciones de la integridad personal, que incluyen 1.652 casos de tortura, 7.309 víctimas de tratos inhumanas o degradantes y 10.085 ejecuciones extrajudiciales atribuidas a policías y militares.
Lo anterior es un sucinto e incompleto resumen de los despóticos actos del gobierno que contiene el Informe aludido.
Apreciados lectores, ustedes pensarán que todo eso lo saben, inclusive, que en este espacio de El Impulso nosotros lo hemos difundido, sin embargo una cosa son dos modestos cronistas que se dirigen a una limitada comunidad y otra, la voz de un Alto Comisionado sobre Derechos Humanos que emite la voz de alerta sobre tales crímenes ante las naciones del mundo y que se suma a los países que solicitaron una investigación sobre el criminal régimen: Argentina, Canadá, Colombia, Chile, Paraguay y Perú.
Fuera de una destemplada y cursi respuesta del Embajador venezolana ante la ONU no se ha oído una explicación plausible que sirva de réplica a lo planteado en esa sesión de la ONU. Solo el desangelado Fiscal General declaró que en este año ha bajado las denuncias por violaciones de Derechos Humanos en un 40 por ciento. Eso significa que tal práctica continúa y ¡¡¡en un 60 por ciento!!! Diría Mario Moreno: “No me defiendas compadre”.
Como marco político de todos estos casos que cursan en la Corte Penal Internacional o que se añadirán a sus respectivos expedientes, en la calle el pueblo venezolano se concentra de manera multitudinaria exigiendo un cambio político y asumió como consigna la palabra “Libertad”, valor civil que antes era una bandera de lucha que se blandía en solitario por sectores clase media de Caracas y algunas otras ciudades del país. Ahora este grito de batalla electoral retumba por todo el territorio nacional.
Esta libertad contiene la esperanza de vivir dignamente de un trabajo bien remunerado, del derecho a tener servicios públicos eficientes, de expresar cada quien su opinión sin el miedo a la cárcel y la tortura y por supuesto, la libertad de una justicia bien administrada por jueces autónomos, probos y bien capacitados profesionalmente-
El informe de Volker Turk es un gran estímulo cívico para esta lucha libertaria que debe concluir en el éxito de la voluntad popular en las elecciones presidenciales que tendremos en pocos días.
Mientras tanto la rueda del lento pero poderoso molino sigue rodando: la Corte Penal Internacional, que casualmente, si no lo sabían, aunque de proceder autónomo, fue creada en el seno de la institución en la cual el Alto Comisionado Turk realizó su denuncia, en la ONU.
Jorge Rosell y Jorge Euclides Ramírez
Fuente: El Impulso
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