No sólo las madres pueden sentirse identificadas con el dolor de la Santísima Virgen, bajo la advocación de la Virgen de los Dolores, sino todos quienes viven la situación del país. Por eso, la Iglesia invita a conmemorar fervorosamente la Semana Santa, cuyo mensaje es esperanzador: esperar en Jesucristo y su recompensa, la vida eterna
- Hoy se recuerda el sufrimiento de María durante la pasión de su hijo
El Viernes de Concilio o Viernes de Dolores busca la conmemoración de los hechos de la pasión de Jesús, como antesala a la Semana Santa, en especial vistos desde la perspectiva de la Virgen María. El sacerdote Ángel Araujo, párroco de Plata III, manifestó que en el Evangelio de Juan están plasmados los acontecimientos recordados este día. Los sacerdotes judíos, en aquel momento, acusaron a Jesús de blasfemo y planificaron su muerte. Luego, su madre se entera de esta condena y siente un profundo dolor. Ese sentimiento, comenta, es reflejo de ese duro período de nuestro Salvador.
Consuelo y apoyo
En consecuencia, la Iglesia acompaña a los creyentes a recordar el sufrimiento de la Virgen, que podría ser comparado con el de las madres venezolanas. «Una madre que pierde a su hijo en el hospital, es una madre que necesita apoyo y sí, podría identificarse con el sufrimiento de la madre de Jesús. No sólo ellas, los hombres también. Qué mejor ejemplo que ella, quien pierde a su hijo y lo recupera» comenta Araujo en referencia a la promesa de la resurección. Esta idea, para el presbítero, es además el testimonio de una solución. Si esperamos en Jesucristo, Dios nos recompensará.
En vez de buscar refugio en los vicios: el alcohol, las drogas, la delincuencia, por la situación del país, es mejor guiarse por el camino de la verdad y la vida. El servidor exhortó a la comunidad cristiana a celebrar la Semana Mayor como ninguna otra. Asistir a las misas y procesiones, no por tradición, sino con convicción. Recordó que estos días son para guardar una especie de luto. «Vivamos la Semana Santa, practiquémosla con devoción, culto verdadero. Comprometámonos a cambiar, ser otros. Que la crisis actual nos impulse a buscar a Dios».
Procesión de la Dolorosa
Todas las parroquias celebran la eucaristía durante la noche y salen en procesión con la imagen de María, bajo la advocación de la Dolorosa. Esto para dar muestras de fe y como acción simbólica de acompañar a nuestra madre en el dolor.
Origen del Viernes de Dolores
La conmemoración se remonta a 1727, cuando Benedicto XIII decretó en toda la Iglesia la «Fiesta de los Siete Dolores de la Bienaventurada Virgen María». Fijó su fecha el sexto viernes de Cuaresma, es decir, justo antes de Semana Santa. Esto con el fin de recordar los dolores de la Virgen, durante la pasión de Cristo. No obstante, esta celebración -muy arraigada en Europa y América-, se trasladó al 15 de septiembre, día de la Señora de los Dolores. Aunque, la Iglesia Católica no impide que en algunas partes del mundo, en los cuales exista este fervor, se celebre con normalidad. También es conocido como Viernes de Concilio.
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