A semejanza de los que echó Jesucristo del templo, en donde comerciaban a diestra y siniestra, así observamos el también siniestro 21-N, en el que nefastos personajes de la trapisonda politiquería intestinal se comportaron de la forma más vergonzosa ante el poder imperante.
Vimos que, algunos denominados «alacranes», tras haber ganado la consulta dominical con un puñado de sufragios, se quedaron «relajados», según una buena amiga politóloga. Estos siniestros actores políticos, de acuerdo a la opinión pública, recibieron una rica tajada verde del bondadoso y opulento miraflorentino en el podio temporal.
Indigna, que hace cerca de una década que otro personajillo a cambio de no ser investigado por sus supuestos nexos con la famosa transnacional brasileña, hizo mutis, pese haber triunfado en la consulta por el palacio miraflorentino.
Es una vileza que estos siniestros e irresponsables impostores, cuya tarea es el engaño y la traición, vuelvan al ruedo, sin castigo, con la cara bien lavada, pero con las alforjas rebosantes de verdes almácigos, dispuestos a incursionar de nuevo en otras aventurillas comiciales por cuanto han descubierto una mina áurea, de la cual no se quieren apartar; mientras los ingenuos siguen creyendo en sus devaluadas palabras.
Son unos viles mercaderes que no les interesa que en este ex país, la inanición, la malaria, la Covid, y otros males como la deserción escolar, el analfabetismo, la impunidad, la precariedad de todos los servicios públicos, la podredumbre política y el desempleo, hayan batido todos los récord Guiness del mundo.
Venezuela tiene asimismo, los peores índices en productividad, sanidad, universidades cerradas, persecución política, en derechos humanos, en administración de justicia;, por qué no nos otorgan otros Guiness en estos renglones? Dónde está la ONU y la doctora Bachelet? El ex país que hoy es una colonia a semejanza de lo que fue Taiwan, debe reaccionar, ya está bueno de ser indiferentes, apáticos y flemáticos; nuestros nietos y las futuras generaciones reclaman un futuro más digno.
Manos a la obra, aquellos que piensan que Miranda, Bolívar y Sucre, entre otros héroes de la nacionalidad, no se inmolaron en vano. Venezuela espera por un resurgimiento luminoso, digno de sus hijos; es más digno vivir en libertad que en vergonzante genuflexión.