Las 8 familias refugiadas desde octubre del 2018, les habían anunciado que en 5 meses les sería resuelto el problema de viviendas que perdieron en el “Filo de la Peña” del sector el relleno de Miticún
Las 8 familias refugiadas en el antiguo local de la unidad sanitaria Boconó, siguen viviendo muy mal y Dios quiera y no, podría ser peor, si las autoridades no actúan antes que arrecien las lluvias, porque con las primeras muestras se les inundaron todas las áreas que durante más de 7 meses han venido ocupando y así amanecieron al comenzar la pascua de Semana Santa.
Lauri Toro quien forma parte de las 8 familias (20 adultos y 13 niños) de refugiados, dijo que desde el año pasado se encuentran en este lugar, cuando les habían anunciado que en 5 meses les sería resuelto el problema de la vivienda que como todos recordarán se produjo como consecuencia del desplazamiento sucedido en el “Filo de la Peña” por el golpe de agua recibido por la quebrada La Segovia en el sector el relleno de Miticún.
Recordó la informante que, “en este lugar residíamos 22 familias que suman un total de 85 personas, entre hombres, mujeres y niños, quienes quedamos en condición de riesgo al ser arrastrada la parte posterior de las casas que habitamos todas las familias en apenas 9 viviendas”. Para entonces, las autoridades de manera preventiva ordenaron el desalojo de estos ocupantes por el peligro de continuar en las casas que prácticamente quedaron en el aire y algunas con las paredes bastante sentidas.
Transcurridos más de 7 meses, hoy lo que está ocurriendo en el refugio es que nos estamos ahogando de agua por la filtración de los techos y así nos encontramos desde las 2:00 de la madrugada de este lunes. Tanto en la Alcaldía como en la Gobernación al momento de traernos para acá, sabían muy bien las condiciones de infraestructura en que se encontraba este local por la humedad de sus paredes, lo que como ya hemos denunciado en otras oportunidades mantiene a nuestros hijos en constantes quebrantos de salud por enfermedades bronquiales y en la piel.
Peor el remedio
Hoy desde las 2 de la mañana nos vimos precisados a levantarnos a sacar agua para evitar males peores y hasta las 9:00 am no se había presentado ningún funcionario adscrito a la alcaldía o gobernación. Ellos deben venir para darnos una respuesta, porque no es posible que nos hayan enviado a este lugar para dejarnos únicamente a la buena de Dios y en 7 meses aun no nos han entregado los kits de las viviendas, así como asegurarnos el terreno para la construcción de nuestras casas, tal y como nos fue prometido, cuando en prevención de nuestra integridad física nos conminaron a salir de las casas donde con mucha humildad, pero con tranquilidad, residimos hasta el 9-O del 2.018. Nos encontramos en este ambiente cuando nos habían dicho que estaríamos en este sitio por espacio de 5 meses y llevamos más de 7 viviendo bajo estas condiciones inmerecidas. También enviaron un personal de la alcaldía para que colocara un asfalto para el agrietamiento de los techos, pero lamentablemente resultó peor el remedio que la enfermedad. Igualmente seguimos padeciendo por la falta de alimentos, al igual que los servicios básicos funcionan muy mal porque han permanecido hasta 3 días sin agua potable y aún siguen dependiendo de un solo baño.
Familias censadas
Los refugiados han sostenido reuniones con el alcalde y su esposa, al igual que la Lcda. Yusmari Arellano coordinadora del despacho del gobernador en Boconó, así como PC de Trujillo y Boconó. Pusieron en mesa la propuesta de los terrenos que se encuentran en la avenida El Cementerio, pero ni siquiera les han manifestado que cuentan con los kits para las casas, ni han visto que llegue una solución que es la que están requiriendo con suma urgencia las familias censadas por haber resultado perjudicadas el 9-10 del 2.018.
Verles la cara
César Montilla quien es otro de los refugiados manifestó: Nuestro llamado encarecido al Alcalde con quien nos reunimos antes de Semana Santa dándole a conocer la emergencia desde que empezaron las lluvias y que estamos padeciendo en el viejo local de la unidad sanitaria. Nosotros damos gracias a Dios y todas las autoridades por no encontrarnos en la calle, pero esperamos verles la cara nuevamente.