• Trujillo
  • Táchira
  • Mérida
  • Andes Legales
  • Revista Andina
sábado, 17 mayo 2025
Diario de Los Andes
  • Inicio
  • Actualidad
    • Entretenimiento
    • Bienestar
  • Deportes
  • Economía
  • Mundo
  • Opinión
    • Sentido de Historia
  • Política
  • Sucesos
  • Trujillo
    • Boconó
  • Táchira
  • Mérida
  • Revista Andina
No Resultados
Ver todos los resultados
  • Inicio
  • Actualidad
    • Entretenimiento
    • Bienestar
  • Deportes
  • Economía
  • Mundo
  • Opinión
    • Sentido de Historia
  • Política
  • Sucesos
  • Trujillo
    • Boconó
  • Táchira
  • Mérida
  • Revista Andina
No Resultados
Ver todos los resultados
Diario de Los Andes

No Resultados
Ver todos los resultados
Inicio Opinión

Vida universal / ¡Tú mismo eres tu enfermedad y tu salud!

por Redacción Web
14/09/2019
Reading Time: 2 mins read
Compartir en FacebookCompartir en TwitterComparteComparte

 

¿Qué puedo hacer para liberarme de las enfermedades, sufrimientos y golpes del destino? Gabriele, la profetisa de Dios, nos muestra cómo podemos volver a activar aquellas fuerzas que producen alivio y sanación en el alma y en el cuerpo.

Estas sensaciones o sentimientos escondidos detrás de nuestros pensamientos y palabras, es decir, de nuestras subcomunicaciones, señalan que en nosotros hay dudas reprimidas y demuestran que nuestra fe y confianza no son firmes.

Cuando nos damos cuenta de que nuestra fe y confianza en Dios aún no son firmes, podemos hacer lo que acaba de explicarse: dejamos que los sentimientos reprimidos emerjan a la superficie. Estos sentimientos podrían manifestarse, por ejemplo, en los siguientes pensamientos de duda: ¿Querrá Dios que se cumpla lo que yo deseo y espero de Él? o también: Si yo me confío a Dios, ¿podría ser que todo salga diferente a lo que yo quiero?

Si la voluntad de Dios fuese diferente a como nos la imaginamos, tal vez no podríamos alcanzar estas o aquellas metas humanas que nos hemos propuesto. Quizás no queremos llegar al extremo de confiar a Dios nuestro destino y queremos más bien aquello que creemos que es bueno para nosotros o preferimos mejor asegurar las condiciones y circunstancias externas. Cuando surgen estos pensamientos u otros similares, se presentan también ante nosotros las imágenes correspondientes, si no tomamos el tiempo necesario para que los pensamientos se abran, por decirlo así, como las hojas de un libro y se muestren en imágenes.
Si existen estas subcomunicaciones u otras parecidas y no nos desprendemos de ellas, no será posible una sanación integral, tampoco en el caso de que afirmemos -de cabeza- la fe y la confianza en Dios. No nos queda otro remedio que preguntarnos y decidir si aceptamos realmente la voluntad de Dios o si queremos imponer en nuestra vida nuestra propia voluntad. Si queremos imponer nuestra voluntad, seguiremos siendo lo que somos: el ser humano que elude el autorreconocimiento y que, por ello, no puede cambiar, ni llegar a ser libre. Entonces no podemos naturalmente desarrollar la confianza en Dios y, sin confianza en Dios, las fuerzas de vida y sanación divinas pueden lograr muy poco en nosotros, ya que les hemos impedido el acceso a nosotros. La verdadera sanación tiene lugar solamente a través de la sanación de las causas en el alma.

La sanación completa es la sanación del alma y del cuerpo y conduce, por tanto, a la salud profunda y a la verdadera superación de lo que nos ha enfermado. En este proceso se concede primero la mayor atención al alma, porque la causa de cualquier enfermedad está en el comportamiento erróneo de la persona. Este comportamiento se introduce como carga negativa en el alma y desde allí ejerce influencia en el cuerpo.

Es cierto que la sanación del cuerpo se puede lograr, por ejemplo, aplicando fuertes medicamentos, pero la sanación del cuerpo no es, en realidad, una sanación completa, sino que es solo aparente o temporal. Solo es cuestión de tiempo para que la enfermedad vuelva a aparecer y se convierta en crónica o haga surgir otra enfermedad diferente, porque el origen de la enfermedad no ha sido eliminado, antes bien, sigue existiendo en nosotros, en nuestra alma, como carga.

Lea también

Oración: El Principio, la Mitad y el Final

Consultorio para el Alma | ¿Crees que Dios Ve Tus Necesidades? | Por: José Rojas 

17/05/2025
Cartas | Lectura Amante (y III) | Por: Juancho José Barreto González

Cartas | El Consejo Universitario ULA (y III) | Por: Juancho José Barreto González

16/05/2025
‘LA FIESTA DEL CHIVO’ DE MARIO VARGAS LLOSA | Por: Ernesto Rodríguez

LA EVOLUCIÓN BIOLÓGICA DE LA COOPERACIÓN | Por: Ernesto Rodríguez

16/05/2025
Cómo las capacidades habilitadoras impulsan resultados extraordinarios

Montaña rusa emocional: navegar tiempos complejos | Por: Arianna Martínez Fico

15/05/2025
Fuente: vidauniversalvzla@yahoo.com
Tags: OpiniónTrujilloVida Universal
Siguiente
Eugenio Suárez extraordinario

Eugenio Suárez extraordinario

Publicidad

Última hora

Almagro dice que en la OEA «deslegitimó las dictaduras» y se «desprendió de la ideología»

São Paulo desmonta el mayor mercado de drogas de Brasil entre denuncias por abuso policial

Justin Bieber rompe su silencio y dice que no fue víctima de Sean Combs

La principal denunciante de Diddy espera que su testimonio dé «voz a otras supervivientes»

Consultorio para el Alma | ¿Crees que Dios Ve Tus Necesidades? | Por: José Rojas 

Publicidad

Diario de Los Andes

Ediciones

  • Trujillo
  • Táchira
  • Mérida
  • Andes Legales
  • Revista Andina

Síguenos

Welcome Back!

Login to your account below

Forgotten Password?

Retrieve your password

Please enter your username or email address to reset your password.

Log In
No Resultados
Ver todos los resultados
  • Trujillo
  • Boconó
  • Táchira
  • Mérida
  • Inicio
  • Actualidad
  • Entretenimiento
  • Bienestar
  • Política
  • Deportes
  • Sucesos
  • Mundo
  • Opinión
  • Sentido de historia
  • Economía
  • Revista Andina
  • Andes Legales