Vida universal / Más cerca de Dios en ti

 

La palabra del Cristo de Dios, dada a la humanidad en agosto del 2005 a través de su profetisa y mensajera Gabriele, para todos los seres humanos que tienen añoranza de Dios y de una vida plena, feliz y en libertad.
El lenguaje espiritual cultivado es el lenguaje del Espíritu a través de nosotros, en la percepción de las cosas. Si está tendido el puente hacia la corriente primaria, hacia el Espíritu en nosotros, a través de este puente fluirán entonces la ayuda, el apoyo y, por último, los impulsos del Espíritu para dirigirnos, por ejemplo, a la persona, de tal modo que la dejemos en absoluta libertad.

El Espíritu eterno no se expresa de forma grosera. No tiene tópicos, ni palabras toscas. Él tiene simplemente otro volumen de lenguaje y esto lo podemos adquirir a través de los sentidos sutiles, que están también unidos a las células de nuestro cerebro. El lenguaje espiritual cultivado no tiene nada que ver con la forma de hablar que más de uno califica de “lenguaje culto”, pero que el prójimo en realidad no entiende, porque se compone de extranjerismos y términos especializados que él ciertamente ha estudiado, más que no le dicen nada a su prójimo. El lenguaje espiritual cultivado no es, por tanto, la expresión de una forma de pensar intelectual, sino que es el lenguaje de la inteligencia universal.

El lenguaje intelectual alardea de sí, el lenguaje espiritual cultivado ayuda. El lenguaje intelectual cultivado excluye al prójimo y es un lenguaje artificial, que solo se comprende dentro de una cierta élite que se ha conjurado para usarlo. Y precisamente esta élite no entiende a los otros. Cada uno se habla a sí mismo y ninguno de ellos sabe realmente lo que el otro le quiere decir.

En el caso de que usted no sepa de qué estamos hablando, piense en la forma más elevada de absurdez intelectual que son los dogmas y enseñanzas de la Iglesia católica. Ninguna persona los entiende, porque -y esto es típico de una educación intelectual- no tienen ningún contenido. Por el contrario, el lenguaje espiritual cultivado lo podemos vivir en las manifestaciones divinas.

Cristo nos dice en su gran manifestación cómo podemos desarrollar esta percepción de las cosas: “En cada peldaño de desarrollo, por ejemplo, en el de la fe activa, de la confianza, de la esperanza y del soportar pacientemente, aprendes a reconocerte cada vez más, para más tarde experimentar y comprender a tu prójimo en ti. Precisamente en el soportar con paciencia, en el perseverar y en la confianza en Dios en aquello que te ha tocado, están la sabiduría y la experiencia, pero también muestras del amor a Dios, tu y mi padre, al padre de todos los hombres y seres, y también el amor al prójimo”; por tanto, esto significa para nosotros que nos esforzaremos en analizarnos continuamente y en utilizar la regla de oro para la vida, para lograr alcanzar la sinceridad, la honradez y la integridad, que tienen su base en la libertad.

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