El presidente de la República, Nicolás Maduro, informó al país que ayer lunes comenzaría la renegociación de la deuda externa de Venezuela y Pdvsa con los acreedores. Llegar a una “reestructuración amigable” de la deuda, a fin de evitar un default caótico y que haría la renegociación “un proceso más difícil y traumático”, es una de las propuestas que plantea el economista, investigador y exministro de Industrias Básicas y Minería, Víctor Álvarez.
El experto asegura que la nación se arriesga a una escalada de “embargos y disputas judiciales” de no concretarse acuerdos amistosos. Álvarez agregó que cualquier opción de refinanciamiento y acceso a recursos frescos solo será aceptada por los acreedores, incluyendo chinos y rusos, si la solicitud cuenta con un programa de estabilización macroeconómica.
¿Re-negociación o re-estructuración de la deuda?
“El Gobierno priorizó los pagos de la deuda por encima de las importaciones de materias primas, repuestos y maquinarias que requiere el aparato productivo, cuestión que agravó la escasez y especulación que azotan a la población. Pero el flujo proyectado de divisas ya no alcanza para pagar la deuda y garantizar el mínimo de importaciones esenciales. El Gobierno finalmente ha reconocido que no podrá mantener el actual cronograma de pagos. Pero no se trata sólo de correr la arruga y reprogramar los pagos, sino de renegociar la deuda con nuevos plazos, tasas de interés e, incluso, una rebaja equivalente al descuento que aplican los mercados a la deuda venezolana. Eso es lo que más conviene al interés nacional”.
¿Y las sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea?
“El gobierno de Donald Trump prohibió al sistema financiero estadounidens adquirir nuevos bonos emitidos por la República y Pdvsa, por lo que un acuerdo con los acreedores sería visto como una violación a esa prohibición (…) A medida que se endurezcan los castigos al Gobierno venezolano, la economía y la sociedad también resultarán perjudicadas. Las sanciones pueden llegar a suspender la cuota petrolera de Venezuela en los mercados estadounidenses y europeos. Sin divisas habrá problemas para importar y será prácticamente imposible acordar con los acreedores una renegociación de la deuda externa”.
Gobierno confundido
Víctor Álvarez cree que inflaciones de 56,3% en 2013, 68% en 2014, 180% en 2015, 450% en 2016 y 1.000% en 2017 demuestran que el control de precios definitivamente no sirve para contener la inflación que disuelve el poder adquisitivo de los hogares. “El Gobierno confundió especulación con inflación. En lugar de corregir los desequilibrios fiscales que desquician los precios, atacó el problema como si de un delito se tratara a través de operativos de fiscalización, requisa y remate de mercancías, multas a empresas o encarcelamiento de sus gerentes y propietarios. En lugar de atajar los precios lo que logró fue espantar la inversión, estimular la fuga de capitales, y castigar la producción”.
Las medidas que propone Álvarez
Con las siguientes medidas se frenaría “en seco” la hiperinflación:
- Sincerar el tipo de cambio y el precio de la gasolina para corregir el déficit de Pdvsa, en lugar de financiarlo con emisión de dinero inflacionario por el BCV.
- Eliminar el control de cambios y estabilizar una sola tasa para evitar que la formación de precios siga a merced de las especulaciones con el dólar paralelo.
- Respaldar las mejoras salariales con aumentos en la productividad del trabajo para erradicar el círculo vicioso de aumentos-inflación-aumentos-inflación.
- Sustituir los ineficientes subsidios indirectos a los productos que estimulan el contrabando de extracción, por subsidios directos a los hogares pobres.
- Sustituir el rígido control de precios que causa pérdidas, desestimula la producción y genera escasez, por una política de estímulo a la inversión y promoción de la competencia en calidad y precios que beneficie al consumidor.
- Ajustar las tarifas de servicios públicos hasta cubrir costos de operación y mantenimiento para aliviar el déficit y evitar su inminente colapso.
- Reducir el gasto militar, priorizar obras pendientes, eliminar gastos superfluos y una reforma tributaria para terminar de equilibrar la gestión fiscal.
- Sincronizar los pagos de la deuda externa a la evolución del ingreso petrolero y del ingreso externo por repatriación de capitales, inversión extranjera, exportaciones no petroleras y turismo internacional.
- Negociar financiamiento con organismos multilaterales: Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, BID, CAF, entre otros.
- Sin aún así quedara un porcentaje de déficit hay que evitar su financiamiento con impresión de dinero inflacionario, lo cual pasa por recuperar la autonomía del BCV en la emisión de dinero y el manejo de las reservas internacionales.
CURIOSO:
La Comisión Presidencial para renegociar los términos de la deuda externa de la República y de Pdvsa, está presidida por el Vicepresidente Ejecutivo, Tareck El Aissami (criminólogo); estará integrada por el Vicepresidente de Economía, el ministro Wilmar Castro Soteldo (piloto); el ministro de Economía y Finanzas, Simón Zerpa (internacionalista); el Vicepresidente de Planificación, el ministro Ricardo Menéndez (geógrafo); el ministro del Poder Popular para Energía y Petróleo, Eulogio Del Pino (ingeniero geofísico); el Procurador General de la República, Reinaldo Muñoz (abogado); y el presidente de la empresa Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima (Pdvsa), Nelson Martínez (ingeniero químico). Como se aprecia, en esta Comisión no hay ningún economista.
DATO:
10%
Venezuela tiene un déficit fiscal superior a 10% del Producto Interno Bruto (PIB), lo que significa que el Gobierno gasta más de lo que le ingresa y, por lo tanto, inyecta más poder de compra que el que sustrae a través del cobro de impuestos, explica Víctor Álvarez.