Este 5 de enero se instaló la nueva Asamblea Nacional, la cual estará integrada por 277 diputados: el Gran Polo Patriótico (GPP) tiene 253 escaños, el 91% del total, los cuales obtuvo con apenas el 69% de la cuestionada votación del pasado 6 de diciembre.
El sector de la oposición que participó en las parlamentarias, a pesar de que obtuvo el 31 % de los votos, apenas logró el 7% de los diputados.
En la opinión del ex ministro Víctor Álvarez, esta correlación de fuerzas demuestra que «el anticonstitucional» aumento de 110 diputados (de 167 a 277) y las listas de diputados nacionales que se impusieron con el argumento de mejorar la representación proporcional definitivamente no se cumplió.
«Fue una burla, un engaño, ahora la desproporción es mucho peor y no refleja proporcionalmente la voluntad del electorado nacional que decidió participar, a pesar de todas las desventajas en las condiciones y garantías electorales».
Con 31 % de los votos la oposición tiene el 7 % de los cargos, apenas 20 diputados, de los cuales 11 son de AD y 3 corresponden a Avanzada Progresista. Los otros diputados opositores son de El Cambio, Primero Venezuela y Copei.
La nueva AN será presidida por Jorge Rodríguez, que – según Álvarez – en la disputa interna del PSUV se impuso sobre Diosdado Cabello. «Este último recibirá el premio de consolación de Jefe de la Fracción Parlamentaria del oficialismo y no necesitará negociar ninguna alianza con la fracción de la oposición para designar los rectores del CNE, magistrados del TSJ, directores del BCV, Fiscal General de la República, Contralor General, etc., toda vez que cuenta con 253 diputados que representan más de los 2/3 de votos, mayoría calificada que se requiere para realizar estas designaciones», explicó.
Desde la perspectiva del ex funcionario del gobierno de Chávez, el oficialismo impondrá así su aplanadora en la AN y esto sentencia una nueva realidad política muy distinta a la que prevaleció mientras la oposición fue mayoría en la AN.
«La oposición perdió el control de la AN que le sirvió de plataforma institucional y constitucional para desplegar la estrategia del poder dual y la presidencia interina. Ahora, la oposición liderada por Guaidó no controla ningún espacio de poder institucional y, si de nuevo decide abstenerse en las próximas elecciones de gobernadores y alcaldes previstas para este año, terminará entregando el control absoluto del país al oficialismo».
En el criterio de Álvarez, la oposición venezolana no supo administrar la abrumadora mayoría que logró en las Parlamentarias del 2015. En lugar de aprovecharla para negociar con el gobierno una agenda legislativa de interés nacional, se dedicó a sacar a Maduro del poder y después de 5 años no lo logró. «Debido a sus contradicciones y divisiones internas tampoco pudo acordar candidaturas unitarias y se amparó en la falta de condiciones electorales para abstenerse y desperdiciar así las ventajosas condiciones políticas derivadas del mayoritario rechazo al gobierno de Maduro y a los candidatos oficialistas».
Insiste que si algo ha facilitado la «consolidación del régimen» han sido la baja calidad de la acción política de una oposición cada vez más errática e ineficaz. «Ahora se pretende prorrogar la vigencia de una AN que tiene su período constitucional vencido a través de la rebuscada figura de la Comisión Delegada y de instalar un gobierno interino en el exilio, aislado del sentir y la realidad nacional».
Para el también economista, lamentablemente para el interés nacional, la desgracia ha sido sufrir simultáneamente el peor gobierno de la historia y la peor oposición que no supo capitalizar el enorme descontento nacional para convertirlo en una poderosa fuerza que impulsara un cambio político por la vía electoral, democrática y pacífica.
Por: Alexander González
IG: @AlexGonzalezDigital