Por: Dayrí Blanco
Rosa Orozco siempre transmite temple. Ella es una mujer fuerte y así lo ha demostrado en su lucha por conseguir justicia para su hija Geraldín Moreno, asesinada en las protestas de 2014. Aun así, varias veces soltó lágrimas al hablar sobre ese hecho y cómo le cambió la vida, durante la actividad denominada “Punto de la memoria”, realizada para recordar la historia de quienes han sido víctimas de la represión.
“Esto ha sido muy fuerte porque al que le arrebatan a un hijo, a un hermano, a un esposo, siempre tendrá ese dolor que nunca se lo va a quitar”, dijo visiblemente afecta frente a la audiencia conformada por estudiantes de comunicación social que le recodaron a su hija, quien también era alumna de esa institución cuando fue asesinada por funcionarios de la Guardia Nacional.
Como directora ejecutiva de la ONG Justicia, Encuentro y Perdón, organizadora del “Punto de la memoria”, Orozco resaltó que la impunidad persiste en Venezuela y fue ratificada recientemente con la decisión del tribunal tercero de Carabobo, a cargo del juez Luis Ovalles, de dejar en libertad y sin cargos a los seis efectivos de la Guardia Nacional acusados del homicidio del adolescente Rubén Darío González, durante las protestas de 2017 en La Isabelica.
“Supuestamente no tenían pruebas, pero es que después de cinco años no hicieron lo que debieron hacer para investigar”.
Recordó que en el caso de Geraldín aún hay 18 funcionarios impunes y la cadena de mando, por lo que su lucha se mantiene.
Historias que no mueren
Olga González, esposa de Leonardo González, asesinado el 27 de julio de 2017 mientras le llevaba comida y dulces a los manifestantes de la avenida Valencia de Naguanagua, también estuvo presente en la actividad.
Visiblemente conmovida le agradeció a Orozco por todo el apoyo brindado y la fortaleza para emprender el camino hacia la justicia.
Después de leer la crónica que narra la muerte de su esposo, dirigió un contundente mensaje a los jóvenes universitarios. “No es normal que en un tribunal esté la foto de Nicolás Maduro o la de Chávez, no es normal que nuestras plazas e instituciones públicas tenga un murciélago, no es normal que porque arregles una calle o pintes un parque me pongas en una parada un murciélago… Ustedes, jóvenes, no lo normalicen”.
Yuraima Martínez coincidió. Ella es madre del primer teniente Franklin Caldera, preso político en Ramo Verde y víctima de torturas, tras emprender una lucha por la defensa del arco minero en la “operación aurora”, y manifestó a los estudiantes que, “aunque no saben lo que es vivir en democracia, deben luchar por recuperarla… No se justifica que Geraldín no esté con nosotros, que el señor Leonardo que solo hacía el bien esté muerto, que mi hijo de 29 años no tenga la oportunidad de estar con su hijo, porque solo quería impedir que asesinaran a pemones en el arco minero”.
Franklin Caldera, padre del primer teniente Caldera Martínez, recordó que su hijo fue secuestrado en territorio colombiano el 11 de febrero de 2021, por un fuerte componente armado del Ejército de Liberación Nacional (ELN) junto a funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) de Venezuela.
“Fue vil y cruelmente torturado en un centro de tortura llamado “la cueva”, en Caracas, y actualmente está en Ramo Verde”.
Él destacó la importancia de que historias como la de su hijo se sigan difundiendo para que no se olviden y la impunidad no reine.
El “Punto de la memoria” ya se realizó en Caracas y Carabobo, y Orozco espera llevarlo a Lara, Mérida, Táchira y Zulia en los próximos meses.
Fuente: El Carabobeño
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