DLA.-«Parecen pueblos olvidados. Sólo quienes habitamos aquí sufrimos el descuido gubernamental», dicen en Niquitao, parroquia Monseñor Jáuregui de Boconó. Pues además de la pésima vialidad ahora hay una fuga de agua en plena avenida Rivas, cerca de la parroquia eclesiástica.
Más de 10 días suma está fuga de agua potable que desperdicia miles de litros de agua y deteriora el concreto del pueblo. Ninguna autoridad ha hecho presencia y menos personal de Hidroandes.
Cerca de la fuga residen niños y ancianos. Hay comercios y posadas afectados por la ruptura de la tubería. Aunque lo peor, comentan los moradores, son los deslaves, fallas de borde, maleza y cráteres que se multiplican en la vía que también conduce hacia parroquias como San José de Tostós y General Ribas.
Un proyecto que ningún gobierno de turno ha asumido con interesa y el cual beneficiaría a propios y visitantes y, le daría el verdadero valor que tiene el pueblo en la historia del estado Trujillo.
En una visita de Diario de Los Andes también se constató que los habitantes padecen por gas doméstico y altos costos de alimentos disponibles en bodegas. Vivir en el pueblo y no tener posibilidades de llegar al centro de Boconó a adquirir comida hace más decadente la vida de los niquitaenses.
Los afectados elevan su voz de reclamo a las autoridades competentes para que solventen la fuga de agua y mejoren la vialidad que causa accidentes y daños a los pocos vehículos que la transitan en estos tiempos de escasez de gasolina y gasoil.
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