Caracas, 30 ago (EFE).- Con problemas de conectividad y un amplio operativo de vigilancia policial y militar, Venezuela ha vivido este viernes el apagón más largo desde marzo de 2019 -cuando la nación petrolera pasó varios días a oscuras-, tras sufrir un fallo eléctrico que alteró la cotidianidad del país, en un momento en que atraviesa una crisis política.
Luego de medio día sin luz, el canal estatal Venezolana de Televisión (VTV) aseguró que las autoridades continuaban restableciendo paulatinamente el servicio, si bien algunos internautas reportan fluctuaciones en varias zonas, así como nuevos cortes en comunidades a las que se les había restituido el suministro.
Un país desconectado
Según información oficial, el fallo se registró a las 4:50 hora local (8:50 GMT) debido a un «sabotaje» que dejó sin luz a Caracas y los 23 estados del país, algunos de los cuales sufren cortes o fluctuaciones del servicio casi a diario.
Organizaciones como Ve Sin Filtro reportaron que, en promedio, la conexión a Internet cayó hasta el 20 % en todo el país, lo que significa que 8 de cada 10 venezolanos se quedaron, al menos durante unas horas, sin poder acceder a redes sociales, medios digitales de pago y canales de comunicación electrónicos.
El apagón, además, limitó -en algunos casos por completo- la señal telefónica, y dejó fuera de servicio el transporte subterráneo así como miles de semáforos, lo que se tradujo en un desorden vehicular y de peatones, sobre todo para quienes acudieron a sus trabajos pese al fallo eléctrico.
En Caracas, EFE constató que cientos de personas se trasladaron a algunos puntos de la ciudad en búsqueda de señal telefónica o conexión a Internet.
Los sospechosos habituales
Desde las primeras declaraciones, las autoridades señalaron a la líder opositora María Corina Machado y el abanderado del mayor bloque antichavista, Edmundo González Urrutia, como presuntos responsables de este «ataque criminal», sin mostrar pruebas.
Los ministros de Comunicación e Interior, Freddy Ñáñez y Diosdado Cabello, respectivamente, denunciaron que el apagón forma parte de un «plan golpista» por el que acusan a los líderes opositores, al tiempo que advirtieron que «habrá justicia» por este caso.
Precisamente este viernes González Urrutia debía comparecer ante la Fiscalía -que lo ha citado en tres ocasiones- para declarar por una investigación en su contra, luego de que el antichavista asegurase que ganó las presidenciales del 28 de julio, contrario al resultado oficial, que dio la victoria a Nicolás Maduro, lo que no ha sido reconocido por numerosos países.
La normalidad bajo vigilancia
En vista de la contingencia, la Fuerza Armada activó un plan «para cubrir cualquier situación a nivel nacional», según explicó el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, quien destacó el despliegue de «un centenar de oficiales» para ayudar a resolver el apagón, y que no ha habido ninguna alteración del orden público.
Los militares, que según el Gobierno vigilan permanentemente las instalaciones eléctricas, buscan preservar la «normalidad», una narrativa reforzada en cada reporte de VTV, que ha mostrado el restablecimiento eléctrico en algunos sectores y reitera las acusaciones contra la principal coalición opositora, la Plataforma Unitaria Democrática (PUD).
Según el Ejecutivo, los hospitales funcionan sin contratiempos -una afirmación que rebatieron diversos ciudadanos a través de redes sociales-, igual que los aeropuertos, donde se han activado plantas eléctricas para garantizar la continuidad de las operaciones.
Durante el primer semestre del año, se computaron 397 protestas en todo el país debido a los apagones, según el Observatorio Venezolano de Conflictivad Social.
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