Venezuela: previa prueba democrática, el intercambio y solidaridad ideológica  | Por: Luis A. Villarreal P.

  

Luis A. Villarreal P.

 Nunca está de más ni se debe objetar  de redundante seguir dando opinión sobre ‘lo mismo’, rayando sobre el tema que no es moda simplemente sino una piedra en el zapato de los venezolanos; porque se trata de poner de relieve la bondadosa o deportiva vida del pueblo o las serias y calamitosas circunstancias que a este le rodean y acogotan, material o moralmente hablando.

Entonces, tratando de mantener la mínima expresión ciudadana, aunque sea de amplio conocimiento público la diversidad de situaciones o pormenores tan indeseados en el alma nacional, aún así, debemos optar por no ocultar la molestia, el desengaño, el sufrimiento, la impotencia, nuestro desacuerdo, o asumir la hueca conformidad, la ficticia felicidad individual y colectiva.

Mantener la matriz de opinión sobre algo tan crucial aunque en términos moderados, e incluso mínimos, contribuye al menos a mostrar latentes y vigentes las aspiraciones del Pueblo en relación al rescate de su bienestar y el Estado de derecho. Silenciar está necesidad no forma parte de una estrategia, por cuanto la lumbre y espíritu de lucha es evidente, más bien parece una tregua de paciente espera pensando en el 10E, en sus días previos y posteriores.

No se está prestando atención a las vicisitudes en el seno del poder legislativo en torno al afán de modificar las normas electorales con claros fines de blindar la participación pro continuista, incluyendo gente y partidos condescendientes consabidos; en desmedro de otras agrupaciones y liderazgos dados por eludidos de esta ‘concertación’ partidista dispuesta a cambiar y asumir otro esquema legal de participación política y electoral, colocando en desdén las pasadas elecciones.

Mucho menos se está dando alguna importancia a la reestructuración del CNE llenando las vacantes por razones conocidas, lo cual pone de manifiesto la incredulidad —si no el desconcierto— hacia un CNE promocionado antes del 28/7 como panacea de participación comicial, pero luego de la fecha de las presidenciales, absolutamente abstracto ante los ojos venezolanos y como el talón de aquiles de nuestra democracia desde el orbe democrático.

No obstante todo este desasosiego taciturno y paciente, se han visto opiniones y gestiones tendientes a aclarar un poco el acontecer del espectro social, económico y político electoral.  Siendo relevante el esfuerzo de Enrique Márquez tratando de decantar las explicaciones —ininteligibles, no convincentes para él y su equipo— de la Sala Electoral del TSJ.

 

Cuáles serían los países tendientes a respaldar la investidura presidencial del continuismo prevista para el 10E

Al respecto, se da por sentado el apoyo incondicional de los gobiernos de Cuba y Nicaragua, y probablemente de México. No así las posturas definitivas de Brasil; con un Lula Da Silva en franca expectativa, no sólo porque se le cree un personaje habilidoso al extremo de figurarlo como a un pez fumando bajo el agua; sino también presto al deseo de darse el caché de líder de un país grande con perfil democrático donde la voluntad del pueblo ha sido respetada. En relación a Colombia, Petro no deja de radiar leves esperanzas en el sentido de querer darse el postín de un demócrata, pese a su trayectoria.

En el caso de los imperios de la geopolítica, obvio es reconocer la comprometida presencia de Rusia y China, cuyo fundamental interés es oponerse a la posible influencia de Estados Unidos en Venezuela y en la región, lo cual es suficiente para dar por hecho su apoyo a la continuidad del actual gobierno. Los imperios de Putin y Xi Jinping continúan dando muestra de su expansivo poderío autoritario, militar y económico; y a ellos se unen otros países anti estadounidenses, como Irán y Corea del Norte por ejemplo. De tal forma, se concibe una injerencia y forcejeo ineludibles con motivo del inicio del próximo periodo presidencial en Venezuela.

 

Relaciones imperiales de Venezuela

 

Ideologizadas

están. El intercambio comercial

no define la causa

de tanta afinidad

con Rusia, China e incluso con Irán.

 

Tampoco la cultura,

la democracia y la tecnología,

o actividad conjunta

alguna en pro de urgidas

metas reivindicantes de justicia

 

social y desarrollo

sostenible, equilibrio climático,

soberanía y todo

ese stock de pesados

retos globales ahora achantando

 

la evolución humana.

No hay progreso sin libertad política,

sin virtud democrática.

Guerras expansionistas

y el anti EEUU e Israel ¡es odio y

                                        [anarquía!

 

                                  L A V P

 

Gravita la presencia de EEUU, sus elecciones del 5 de noviembre y el cambio de gobierno el 20/1/2025; expectación por un Partido Demócrata afirmando su ambigüedad política, prorrogando su tolerancia al socialismo populista; o en su defecto, ante un Partido Republicano decidido a cambiar los perfiles democráticos en Sudamérica para evitar la inmigración y la preeminencia china.

A sabiendas de las implicaciones a suscitarse de acuerdo a los escenarios posibles, en Venezuela lo más importante y apropiado es seguir usando los medios pacíficos, en el firme propósito de volver a las posibilidades democráticas de bienestar y hacer de nuestra Tierra de Gracia el gran país que nos corresponde merecidamente echar adelante.

 

 

 

 

 

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