El Gobierno está haciendo grandes esfuerzos para que la pequeña minería del Arco del Orinoco migre a tecnologías que consuman menos agua, menos energía y generen menos residuos en las zonas seleccionadas para el desarrollo minero
Venezuela es uno de los primeros países
de América Latina en invertir en la instalación de tecnologías mineras para
reducir en un 80 % el consumo de agua en los procesos de producción de oro.
Estas nuevas tecnologías permitirán eliminar las lagunas de colas
resultantes de los procesos auríferos que tanto daño le hacen a la salud de
la naturaleza y de los seres humanos.
Al hilo de esta iniciativa, se “han concretado alianzas con tres empresas
nacionales, las cuales están adelantando el uso de separadores
sólido-líquido en el Arco Minero del Orinoco, a fin de eliminar estas
lagunas. Son plantas que servirán para que las demás empresas se motiven y
busquen el camino de la prevención definitiva de este problema que impacta
en la biodiversidad y en las comunidades”, notificó Liz Coecher, ingeniera
química egresada de la Universidad de Oriente (UDO), especialista en Agua
Potable y Saneamiento Ambiental.
Durante su participación en el programa radiofónico *En la bulla*, Coecher
explicó que este innovador procedimiento ha sido aplicado en otros países y
que, con él, se han obtenido excelentes resultados en la reducción del
consumo de los recursos naturales; y en el tratamiento de las colas, esos
residuos tóxicos de procesos mineros conformados por una mezcla de agua y
minerales.
“Se trata de un proceso preventivo, de una cultura para evitar la
contaminación minera. El objetivo es maximizar la recuperación de minerales
con opciones tecnológicas que reduzcan el impacto ambiental y en la gente”,
aseguró.
Para Coecher, quien actualmente se desempeña como gerente general para
Desarrollo Ecosocialista de la Corporación Venezolana de Minería (CVM), la
eliminación de las lagunas de colas evitará los costos de remediación de
grandes extensiones de terreno; así como la propagación de enfermedades
ocupacionales mineras en el estado Bolívar, producto de las circunstancias
históricas en las que se ha realizado la explotación aurífera en el país.
*Valorizar los residuos*
De acuerdo con la especialista, el Gobierno de Venezuela está haciendo
grandes esfuerzos para que la pequeña minería del Arco del Orinoco migre a
tecnologías que consuman menos agua, menos energía y generen menos residuos
en las zonas seleccionadas para el desarrollo minero.
En cuanto al tratamiento de las arenas mercuriales, catalogadas como
pasivos ambientales, Coecher comentó que el Estado venezolano ha avanzado
en investigaciones científicas para recuperar, mediante métodos de
cianuración, el oro contenido en estos residuos, y convertir los relaves en
materiales sólidos que puedan reutilizarse en obras de construcción civil.
“Las arenas mercuriales son residuos que debemos valorizar. Estamos
haciendo el trabajo junto con científicos de las universidades Nacional
Experimental Politécnica Antonio José de Sucre (Unexpo), de Oriente (UDO) y
Central de Venezuela (UCV), utilizando sus excelentes laboratorios, para
hacer adaptaciones en las plantas; con el objetivo de rescatar el material
residual de mercurio y otros metales pesados que contienen las arenas
secundarias de rechazo de los molinos artesanales”, detalló.
*Corresponsabilidad y participación popular*
La participación del poder popular minero organizado es de vital
importancia en la ejecución de los planes y los proyectos mineros
ecoamigables que ejecuta el Gobierno venezolano.
La especialista Coecher afirmó que la política del Arco Minero del Orinoco
ha traído resultados importantes, como la organización territorial, la
caracterización de las potencialidades de los recursos minerales, la
planificación de los proyectos mineros y la selección de nuevas
alternativas para el aprovechamiento minero.
“Hoy por hoy, son los mineros y las mineras quienes nos preguntan cómo
hacemos para migrar a otra tecnología, porque todos hemos entendido el tema
de la eficiencia: de maximizar la recuperación de los minerales presentes
en cada una de las áreas. Ellos mismos están viendo la evaluación
económica, haciendo ese ejercicio, y se dieron cuenta de que el mercurio no
es el camino: son las nuevas tecnologías; de que deben ejercer la soberanía
minera, la protección ambiental, luchando para evitar la contaminación y la
destrucción”, dijo Coecher.
La especialista acotó que se desarrollarán programas de formación para que
los pequeños mineros y las pequeñas mineras se conviertan en
multiplicadores de conocimientos sobre ejercicios mineros ambiental y
socialmente responsables.
Con Información: Prensa Minería