Naciones Unidas, 23 dic (EFE).- El representante permanente de Venezuela ante la ONU, Samuel Moncada, afirmó este martes que Estados Unidos quiere imponer una colonia en Venezuela al bloquear los petroleros sancionados que entran y salen del país suramericano.
Según Moncada, este bloqueo, anunciado la semana pasada por el presidente estadounidense, Donald Trump, supone «un crimen de agresión con el que el mandatario pretende regresar el reloj de la historia 200 años para imponer una colonia en Venezuela».
El venezolano también se refirió a los ataques de EE.UU. a presuntas «narcolanchas» en el Caribe, que han cobrado la vida de más de 100 personas, y al «ataque armado» que el Gobierno «viene anunciando desde hace semanas».

«Se trata de la mayor extorsión conocida en nuestra historia; un gigantesco crimen de agresión en desarrollo fuera de todo parámetro nacional, lógica legal y precedente histórico», afirmó al respecto.
Y advirtió de que Venezuela «es solo el primer objetivo de un plan mayor»: «(El país) pretende imponerse sobre los derechos fundamentales de todos los estados del continente americano, aún a costa de la destrucción de la ONU».
Fue Venezuela quien pidió expresamente esta reunión con carácter de urgencia en el Consejo, una solicitud impulsada por el bloqueo del presidente Trump contra los buques petroleros sancionados que salgan y entren del país caribeño.
Moncada indicó hoy que su país solicitó esta reunión «consciente» de que EE.UU. vetaría en el Consejo de Seguridad cualquier acuerdo «que ponga fin a su plan siniestro».
Además, describió las acciones de EE.UU. como «una guerra de saqueo y expolio» de petróleo que constituye un ataque a todo el sistema de las relaciones internacionales y al Sur global, «considerado inferior por el actual Gobierno estadounidense».
Momentos antes de su intervención, el embajador de EE.UU. ante la ONU, Mike Waltz, tomó la palabra y aseguró que su país seguirá imponiendo a Venezuela sanciones «al máximo» con el fin de «privar» a su presidente, Nicolás Maduro, de «financiar» al Cártel de los Soles.
Según Waltz, los petroleros sancionados operan como «el principal salvavidas económico de Maduro y su régimen ilegítimo», y además financian a este cártel.
La tensión entre ambos países se incrementó este fin de semana después de que EE.UU. interceptara en el Caribe otro petrolero llamado Centuries, que trasladaba crudo venezolano a refinerías de China.
Esta es la segunda embarcación interceptada en el Caribe por la Administración Trump, que la semana pasada incautó el buque Skipper y confiscó el crudo que transportaba.

Además, el domingo el Gobierno inició una «persecución activa» para interceptar a un tercer tanquero, el Bella 1, según confirmó a EFE un funcionario estadounidense.
Durante la sesión de hoy en el Consejo, países como Colombia condenaron «el uso de la fuerza» y las «medidas coercitivas unilaterales» aplicadas por EE.UU. en el Caribe, que «erosionan el Estado de derecho y no deben ser un sustituto del diálogo».
Por su parte, el representante ruso, Vasily Nebenzya, calificó el bloqueo estadounidense a petroleros como «ilegal» y aseguró que «esta intervención en curso puede convertirse en un modelo para futuros actos de fuerza contra países latinoamericanos».
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