Douglas Abreu / CNP 21627
@douglasabreub
Este 21-NOV se cumplen dos anos de la elección de los actuales gobernadores y alcaldes. Cabe la pregunta Que han representado para los estados y municipios mas de 700 días en el ejercicio de sus funciones de estos funcionarios electos por voluntad popular? La respuesta es directa, clara y sencilla «un total retroceso para Venezuela», si tomamos como referencia al estado Trujillo.
Donde algunas alcaldías en estos 24 meses se han convertido en simples y meras juntas comunales, como consecuencia de algunos factores que han incidido directamente conllevando a la degradación de estas instancias gubernamentales en detrimento del crecimiento, desarrollo y progreso de los municipios, principalmente, las que dependen en un 95% del situado municipal.
Fundamentalmente, son tres los factores responsables de ese retroceso, en primer lugar la grave crisis económica que se ha profundizado generando, trayendo como consecuencia, entre otros males, el cierre de abastos, bodegas y establecimientos comerciales, minimizando la actividad comercial, y con ello, la disminución de ingresos propios y otros tributos municipales.
Segundo, el centralismo maniatador y discriminador, en lo que se convirtió el gobierno nacional – al enterrar el proceso de descentralización – limitando en extremo y negando por diferencias o caprichos políticos, recursos económicos provenientes de los excedentes de ingresos extraordinarios, además de someterlos a la duda, incertidumbre o lotería con la Aprobación de proyectos a través del Consejo Federal de Gobierno (CFG) para acceder a recursos económicos extraordinarios.
Tercero, la ausencia de criterios gerenciales, tan necesarios, imprescindibles y claves en tiempos de crisis, particularmente, cuando de escasez de recursos económicos se trata y de los cuales, lamenta y preocupantemente, carecen mandatarios locales y equipos de gobierno, por supuesto, con las excepciones del caso que existen y son numerosas, para bien de sus municipios.
Existe un axioma, que en crisis es donde se demuestra si existe capacidad gerencial en cualquier empresa u organismo público, por ejemplo, para la inversión y gastos de funcionamiento, debe hacerse en base a prioridades, las cuales obedecen, en el caso de las alcaldías, garantizar el optimo funcionamiento de los servicios públicos que son de su competencia.
Ese retroceso, se hace más evidente cuando funcionarios electos y designados, además de lo anteriormente descrito, desconocen el marco legal del Poder Público Municipal, en especial, funciones y competencias de los órganos ejecutivo, legislativo, jurídico y contralor, desconocimiento que da lugar inexorablemente, o en su defecto, sirve de caldo de cultivo para la ineptitud, corrupción y anarquía.
Cuando, para la selección y designación de directores, jefes de divisiones y coordinadores priva el activismo político-electoral por encima de conocimientos y capacidad profesional para ejercer dicho cargo, obviamente esa gestión está condenada al fracaso, siendo el principal responsable en primera instancia quien lo designa, y por supuesto, el que acepta un cargo para el cual no reúne los requisitos mínimos. Esa es la triste realidad en algunas municipalidades.
La falta de un plan de crecimiento y desarrollo es otro factor que determina ese retroceso en los municipios, sin visión de futuro, sin perspectivas, cuyas gestiones cuando carecen de suficientes recursos económicos se autolimitan, no avanzan, no proponen, cero creatividad, y lo peor, caen en la improvisación y la mediocridad política-gubernamental.
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