José Antonio Román G.
«Es tan difícil decir la verdad como ocultarla»
Baltasar Gracián
Sin un cambio de modelo económico, Venezuela, corre el riesgo de caer en un caos tremendo. El país con la mayor hiperinflación de planeta y bajo la creciente amenaza de hambruna en una Venezuela destruida por el socialismo, un 90% de venezolanos hundidos en la pobreza bajo un gobierno–según encuestas serias–con un rechazo del 80% de la población y considerado ilegítimo por los gobiernos más relevantes del mundo. Leyendo algunos artículos de economistas reconocidos podemos obtener información importante. Según estimaciones de la OPEP, la producción petrolera acumulaba 18 meses en descenso al cierre del 2018 .El Ministerio del Petróleo informaba de 1.511.000 b/d. La OPEP reportó 1.148.000 b/d. PDVSA admite que 2013-2018 la producción cayó más de 1.200.000 b/d se corresponde a las cifras más bajas en los últimos 70 años (…) nada indica que se recuperará. Ya Venezuela no es uno de los principales productores. Con la expoliación de la economía privada las exportaciones no petroleras cayeron hasta casi desaparecer, por lo que más del 95% de las divisas que ingresan provienen de un monopolio estatal petrolero en decadencia. Las exportaciones petroleras, salvo las que van a EEUU, es para pago de créditos, lo único a esperar es que el petróleo venezolano siga los pasos del azúcar cubano, lo que nos transformaría en el país más pobre del continente.
La caída de la producción petrolera es paralela a la producción agroalimentaria. El escenario del 2019 es espantoso. En el primer año del Plan de la Patria (2013-2019) ya la caída del PIB agrario per cápita del 17% con respecto al 2009. El ciclo maicero del 2018 se estima en poco menos de un millón de TM del grano, una caída del 66% con respecto a las 2.900.000 de TM del 2008. La cosecha de arroz del 2017 fue del 62% a la del 2008. La producción del azúcar la caída fue del 74%. La producción de carne cubría con la totalidad del consumo; hoy se importa más del 60%. En el 2012 se producían 1.700.000 cajas de huevos, en 2018 la disminución fue del 60%. Podemos concluir que en la década de 1990, la producción agropecuaria cubría el 80% de la demanda interna de alimentos. En el 2019 nacional,q en el mejor de los casos el 20%. Se aproxima la imposibilidad de importar los alimentos que la política socialista en el campo venezolano impedirá producir. La hambruna que ya se cierne sobre los más pobres (más del 90%), es producto del desabastecimiento, racionamiento y empobrecimiento que ha ocasionado el modelo sobre Venezuela. Y el 2019 será el año en que Venezuela se transformará en el país más pobre de América. Queda mucho en el tintero. Continuaremos, es cuestión de espacio
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