Caracas, 26 sep (EFE).- El Gobierno y el sector privado de Venezuela tienen el foco en un mismo objetivo: el de impulsar la inversión internacional y levantar las exportaciones no petroleras, que cayeron un 0,2 % el año pasado, tras recuperarse en 2021, para lo que fomentan encuentros con sus pares extranjeros, a fin de ofrecer oportunidades en el país y productos para mercados foráneos.
La gran apuesta es promover las «zonas económicas especiales» -unas áreas delimitadas que ofrecen incentivos fiscales-, a donde han invitado a países, entre ellos a los BRICS (Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica), a invertir en sectores como el turismo y la agricultura.
El Ejecutivo busca también fortalecer su cooperación con el gigante asiático, donde, recientemente, el presidente Nicolás Maduro firmó 31 acuerdos, entre ellos uno de «protección de inversiones mutuas», que elevan la relación bilateral a una «asociación estratégica a toda prueba».
Entretanto, Fedecámaras, la mayor patronal venezolana, ha celebrado encuentros con representantes de cámaras bilaterales y empresarios extranjeros para avanzar posibles acuerdos, que esperan se materialicen con la posterior visita de misiones comerciales.
El presidente de la Comisión de Cámaras Binacionales de Fedecámaras, Jérôme Lellouche, dijo a EFE que buscan la conformación de «misiones» o grupos de trabajo integrados por «potenciales inversionistas» que visiten Venezuela para conocer su mercado y sus necesidades, así como a sus pares venezolanos, con la finalidad de «crear relaciones».
La idea, prosiguió, consiste en «atraer a estas personas para que hagan flujos económicos con Venezuela» y «hacerles conocer las bondades» del país y los productos con potencial para ser exportados.
Un país con oportunidades
En Venezuela, a juicio de Lellouche, hay «muchas cosas que reconstruir» y existen «muchos nichos» que representan oportunidades que deben presentarse a empresas internacionales.
«En un mercado donde hay que reconstruir, rehacer, hay oportunidades, y, además de eso, aquí hay increíbles empresarios venezolanos que tienen el conocimiento de cómo funcionar en Venezuela, y eso puede ser el gran apoyo para esas empresas extranjeras», dijo.
Considera que el turismo, por el que apostó este año una empresa francesa, es un «sector que se puede reconstruir muy rápidamente» en Venezuela.
La apuesta -señaló- ha sido un resultado de la reciente visita de una misión del Movimiento Empresarial Internacional de Francia (MEDEF), que firmó un memorando de entendimiento con Fedecámaras para la cooperación en distintas áreas y el intercambio de conocimientos y experiencias.
También hay «muchos otros sectores» en los que las «cámaras están muy interesadas en desarrollar», entre ellos el servicio de transporte subterráneo de Caracas.
Además, Lellouche mencionó la reciente «expoferia de productos turcos de exportación» en Caracas, donde participaron más de 30 empresas de Turquía, un evento que las autoridades vieron como el resultado de las «importantes sinergias» entre sectores productivos de ambos países.
Exportaciones
Lellouche afirmó que hay productores que «están ya listos con sus productos para exportar hacia diferentes países» y satisfacer distintas necesidades.
Con esta visión, Maduro entregó a parlamentarios, el pasado 21 de septiembre, un proyecto legislativo llamado «ley de fomento de las exportaciones no petroleras» que, adelantó, tiene el objetivo de «facilitar» estas operaciones.
El proyecto establece la creación de un fondo nacional de exportadores no petroleros, una unidad de análisis de comercio exterior y una agencia de promoción de esta actividad, además de «incentivos especiales», que no especificó.
De esta manera, espera que crezcan las exportaciones no petroleras, que cayeron un 0,2 % en 2022 respecto a 2021, al pasar de 3.333 millones de dólares a 3.326 millones.
En 2021, las exportaciones no petroleras crecieron un 116,8 % frente al 2020, cuando llegaron a los 1.534 millones de dólares, según cifras oficiales.
El diputado Orlando Camacho, presidente de Fedeindustria, dijo a EFE que el proyecto de ley representa una «excelente oportunidad para Venezuela», entre otras razones porque permitirá «conocer las realidades de cada sector y de cada región».
Además, considera beneficioso el «acompañamiento del Estado al exportador, para que esos productos puedan ser aceptados en los países donde Venezuela tiene la mejor relación política».
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