El editorial dominical del diario español El País, ha sido lapidario: Venezuela agoniza.
Es un resumen dramático de nuestra lúgubre realidad: Sus servicios públicos, el suministro eléctrico, los abastecimientos y las infraestructuras están bajo mínimos, afirman. “La economía se hunde en el abismo: el producto interior bruto ha caído un 50% desde 2014 y la inflación superó el 1.500% en lo que va de año. Es absoluto el fracaso del régimen, especialmente en los seis años de Maduro, que se ha precipitado hacia la dureza dictatorial con tanta velocidad como ha arruinado el país”.
El diario ibérico resalta con duda la decisión del gobierno de los Estados Unidos de aplicar medidas restrictivas al régimen de Nicolás Maduro: “Tienen toda la lógica las sanciones contra un Gobierno que añade el fraude y la ilegalidad a la ineptitud, la corrupción y el maltrato a la oposición, y más todavía cuando se dirigen específicamente a castigar a los dirigentes y a su entorno. Pero pierden eficacia y legitimidad cuando se desvinculan de la acción diplomática y de los esfuerzos para sentar a Maduro en un diálogo que abra el camino a la liberación de los presos y a las elecciones libres”.
Pero más allá de estas importantes opiniones la tragedia continúa, tal como sucedió el martes 7 en la sesión de la irrita Asamblea Nacional Constituyente, presidida por el segundo de a bordo del régimen populista-militarista, capitán (R) Diosdado Cabello, la cual llevó a 18 el número de Diputados de la genuina y soberana Asamblea Nacional, a quienes en connivencia con un Tribunal Supremo de dudosa legalidad se les allanó la inmunidad parlamentaria y se aprobó, por añadidura, la continuación del juicio contra estos por la presunta comisión infraganti de los delitos de “traición a la patria, instigación a la insurrección, rebelión civil, concierto para delinquir, usurpación de funciones, instigación pública a la desobediencia de las leyes y el odio”. En otras palabras, tras las rejas o en el exilio.
Esto en actos y frases aparentemente simples, es lo mismo que dijo Maduro y el mismo capitán (R) Cabello, cual soldado obediente, afirmó que la soberana AN se está eliminando sola, procediendo a nombrar una comisión integrada por él, su compañero de armas, mayor (R) Francisco Ameliach y la vicepresidenta de la Comisión de Justicia de la ANC María Alejandra Díaz, para que hagan una consulta, no se sabe a quién, con el objetivo de adelantar las elecciones parlamentarias para este año.
En otras palabras, el régimen madurista retó abiertamente y sin cortapisas a la administración del presidente Donald Trump y sus medidas sancionatorias, disolviendo las exploraciones que se estaban realizando en Barbados a instancias del gobierno de Noruega para buscar una salida pacífica y compartida a la crisis política y económica que vive el país y que ahora, avanza raudamente en el proceso de represión y descabezamiento de las oposiciones beligerantes, con lo cual casi pone el juego en el último inning, con dos outs, las bases llenas y un bateador que tiene dos strikes y 3 bolas cantados.
El régimen de Maduro no ha dicho, ni hecho nada nuevo. No hay términos medios. Categóricamente rechazan los tres planteamientos básicos del presidente interino Juan Guaidó: Cese de la usurpación de Maduro, conformación de un gobierno de transición y convocatoria de elecciones libres, en un plazo máximo de 12 meses. En consecuencia, han sacado sus verdaderas cartas, manteniendo la ficción democrática, convocarán elecciones parlamentarias este año y las presidenciales, se harán, si acaso, en el 2024. Es inevitable que haya definiciones contundentes, ¿Qué harán los Estados Unidos, Canadá, la Comunidad Europea y el Grupo de Lima? ¿Guaidó, en su condición de presidente interino, apelará al Tiar? Tendremos un verano caluroso y rudo.