Venezuela a Presidenciales: la Oposición Democrática no será competidora de piedra, ya ganó y cobrará con pundonor | Luis A. Villarreal P.

Luis A. Villarreal P.

Aunque se esfuerce el oficialismo en señalar sus caminos de fantasía, abusos y extravío —los mismos que han impuesto a la Ruta Electoral con inhabilitaciones, amenazas, acoso y hostigamiento, acaparamiento oficial de los medios, censura o autocensura—, la Oposición verdadera, casi al término de esta travesía, rodeada de amenazas, mentiras continuistas y fantasmas ideados para ahuyentar el voto opositor, se muestra confiada, muy centrada y con suficiente desenvoltura.

Parece ansiosa y decidida a cumplir, de la mejor manera posible, su misión principal:  inundar los centros de votación, canalizar el torrente de votos y custodiarlos, testificar el funcionamiento de las mesas y el escrutinio, revisar, firmar y recibir las actas, y tramitarlas a los centros de compilación, corroboración y totalización para cotejarlas con las ‘oficiales’.

Pensamos en las contingencias, cómo dar respuesta al medular y generalizado comentario del ‘qué irá pasar’, qué irán a hacer los chavistas si ya perdieron por paliza

Al respecto no se tienen sino supuestos escenarios. Siendo el último, aquel donde se comporten como demócratas sin serlo; cual nobles y estoicos, cuando son todo lo contrario.  De esta conjetura, es más recomendable esperar entonces un primer escenario ya más ‘natural’: el intento de pataleo o rebatiña oficialista, para empalmarlos con su caprichosa ‘doctrina’  del »No  volverán» y «Por las buenas o por las malas ganamos las elecciones».

En ese fatídico sentido, los aspirantes al continuismo autoritario estarán acompañados del séquito alacranado enrojecido, ‘institución’ por ellos creada, cuyos candidatos ya reiteraron con sus firmas estar ante “el mejor sistema electoral del mundo”, y, por supuesto, reconocieron —como adivinos—, anticipadamente “los resultados electorales”.

Esta sería la opción más obstinada y tétrica del Régimen y sus resteados en su hora calamitosa, lánguida y oscura; no obstante, esos momentos no serán simplemente crepusculares para la dirigencia política demócrata y el liderazgo armado nacional; quienes están obligados a reclamar el triunfo y a hacer respetar la voluntad popular, respectivamente; tampoco serán horas de  frescura y ‘regodeo’ para la ciudadanía, pletórica de fe y esperanza, por cuanto a través de su flexible y fibroso arco actuarán en sus respectivas responsabilidades, las flechas del binomio político, civil y militar.

La veeduría internacional —ONU, …— hará, ni más ni menos lo plausible. El concierto de países democráticos estará sin duda haciendo uso de su voz, sin derramar retaliaciones. Los organismos ONU, OEA, tendrán a la mano sus respectivas cartas —Democrática y de Derechos Humanos— con las cuales afirmar sus pronunciamientos del caso.

Persuadidos estamos los venezolanos de estar ante un oficialismo actuando en términos desesperados y sumamente problemáticos —presagiando peligro—; destacando, desde segundones y terceros, adjetivos y alabanzas pro chavistas; intentando exaltar y reconocer aptitudes y cualidades absolutamente ajenas al errático desempeño del régimen

Es un insulto a la ciudadanía, a su dignidad y paciencia, vociferar, por ejemplo: «debemos repetir con el ‘presidente de la paz’ »; «tenemos que salvar la ‘democracia bolivariana’, socialista y revolucionaria»; “sigamos luchando contra la corrupción»; «es nuestro deber recordar y seguir los postulados de comandante eterno; entre otros desmanes e invocaciones verbales tan opuestas a la verdad y al sentido común, precisamente ahora.

Por otro lado, se constata el proceder arbitrario con instigación a la violencia y al odio por parte del Régimen,  persiguiendo y hostigando a simpatizantes  y colaboradoras de la Candidatura Democrática Unitaria. Con pleno derecho a acompañar y ofrecer irreversible respaldo a Edmundo y María Corina, ambos acusados de recibir órdenes del imperio estadounidense; de pertenecer a los apellidos de la oligarquía mantuana; al ultraderechismo; entre otras sandeces intrascendentes.

¿Cuántos están secuestrados, detenidos o amenazados; a cuántos pretenden intimidar con tales procedimientos violatorios de la libertad, de los derechos civiles y políticos?

Sin odios ni abusos oficiales

 

Instigación al odio

es la acusación excusa del Régimen

para actuar a su antojo

y accionar contra quienes

apoyan al próximo Presidente

 

de los venezolanos

Edmundo González; así lo asume

el gentío del Cambio

volviéndose ya un cardumen,

porque salir de esto a todos nos urge.

 

Alcaldes, periodistas

y activistas siguen siendo hostigados;

bajo advertencia explícita

pretenden acallarlos

e incluso detenerlos, por si acaso

 

reinciden en ‘guarimbas’.

Se interpreta de hecho que en la

                                          [campaña

electoral aspiran,

—!sin pasar de las ganas!—

anular la victoria democrática.

 

                                     L A V P

 

Los empleados o enchufados —porque no se les ha de llamar periodistas ni presentadores— en los canales o emisoras del Estado, se han dado a la tarea de sacarle punta a la principal convicción del movimiento opositor democrático, según la cual vamos a unas elecciones inseguras y potencialmente vulnerables de fraude.

A los conocidos enchufados se les ha ordenado aclarar esa ‘paradoja’ opositora con una pregunta al electorado: ¿para qué ir a votar si va haber fraude?, y en consecuencia recomendar y convencerlo de ‘no ir a votar’. Esta ‘estrategia’ explica solo el porqué el régimen siempre buscó la abstención. Para ayudarse, intentando hacer menos grande el tsunami opositor, y poder contenerlo y manipularlo.

A estas alturas del juego, empezando la recta final de la Ruta Electoral, tantas argucias no tienen asidero. La gente va a votar para sellar el triunfo ya cantado, y no estará tranquila hasta cobrar con todo derecho, la victoria.

 


¡Mantente informado! Únete a nuestro canal de WhatsApp o Telegram a través de los siguientes links:

 

 

 

 

 

Salir de la versión móvil