Venezuela 2030 | Por: Eduardo Fernández

En el movimiento político Unión y Progreso, en combinación con el Centro Internacional de Formación y Políticas Públicas, Arístides Calvani (IFEDEC), se ha iniciado una seria reflexión sobre la Venezuela del futuro, el país que nosotros quisiéramos ayudar a construir.

Los primeros trabajos apuntan a corregir los errores que se han cometido desde que apareció el petróleo. Tres temas surgen de inmediato:

En primer lugar, Venezuela en el futuro debe ser un país con una economía diversificada. Afortunadamente, el país tiene muchas posibilidades a la mano para diversificar su economía.

En segundo lugar queremos un país que supere la dependencia del ingreso petrolero. Tenemos reservas de petróleo muy importantes. El petróleo va a seguir siendo, no sabemos por cuanto tiempo, una fuente muy importante de energía. No debemos cometer el error de depender exageradamente del ingreso petrolero. Además, debemos explorar formas más eficientes de explotar nuestra riqueza petrolera con participación de capitales nacionales e internacionales.

Tercero, entender que una economía moderna debe descansar sobre la base de contar con un sector privado muy importante y muy vigoroso. Un sector privado productivo que no sea parasitario del estado o del gasto público.

Para lograr esos objetivos debemos entender la importancia de la educación y de la salud. Dos temas que actualmente están absolutamente abandonados y deprimidos.

Para la diversificación de la economía tenemos, entre otros, las siguientes avenidas:

El sector minero. Es impresionante la riqueza que tiene Venezuela en materia minera. Riqueza que debe ser aprovechada, para bien de todos los venezolanos, con seriedad, transparencia y respeto al medio ambiente y a los valores ecológicos.

En segundo lugar tenemos el potencial industrial en materia de hierro, acero, aluminio, energía eléctrica, petroquímica, siderúrgica. Volver a los parques industriales en Valencia, Barquisimeto, Maracay y, por supuesto, Ciudad Guayana.

En tercer lugar, el potencial agropecuario inmenso que tiene el país. Invitar al capital privado nacional e internacional a explotar ese potencial agropecuario para autoabastecernos y para exportar.

En cuarto lugar tenemos el turismo. Venezuela tiene como convertirse en una referencia turística de primer orden.

Por supuesto para eso se requiere, antes que nada, garantías de seguridad para las personas y para los bienes. Se necesita promover una red de autopistas y de carreteras turísticas. El sistema de concesiones nos permitiría hacer eso sin necesidad de un gasto exagerado por parte del estado.

Dos condiciones indispensables: un gobierno democrático con instituciones sólidas y servicios públicos de primer mundo: teléfonos, electricidad, agua, seguridad, vialidad, comunicación electrónica.

Ese país es posible.

Seguiremos conversando.

Eduardo Fernández
@EFernandezVE
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