Estos venezolanos no se atreven a cruzar por trochas, porque por parte de Colombia estos caminos ilegales están custodiados por la policía y por el ejército, además de que pasar es riesgoso por la presencia de grupos irregulares
Más de 3.000 venezolanos que quieren retornar a su país, tienen más de un mes pernoctando en las calles de Villa del Rosario, Departamento Norte de Santander – Colombia, esperando el turno para pasar a la localidad de San Antonio, municipio Bolívar del estado Táchira, según confirmó el reportero gráfico colombiano, Mario Caicedo.
Precisó Caicedo que a lo largo de las calles de avenida que comunica con La Parada de Cúcuta fueron levantados unos 800 ranchos improvisados, creados con palos y techos y paredes de bolsa, para evitar que el sol de 40 grados característico de la zona, penetre directamente en la piel. El suelo de tierra o arena y es lo que sirve como cama.
Para alimentarse, quienes llevan algo de dinero compran pan, otros piden en los supermercados y bodegas cercanas, mientras unos más se acercan a las orillas del río Táchira en donde sacan iguanas y otros animales que cocinan con leña y comen. Hace dos días Caicedo estuvo en la zona y presenció como un adolescente encontró la iguana que después prepararon entre varios.
“Lo que se pueden rebuscar con eso sobreviven y entre ellos mismos hacen alguna colecta para tener un poco más de plata y comer una cosa más. Es horrible, ellos lo que piden es que de parte de Venezuela reciban más gente todos los días, porque anteriormente recibían diarias 700 personas, ahora solo reciben lunes, miércoles y viernes 300 personas, por disposición de las autoridades venezolanas. Ellos piden que los dejen pasar porque lo que quieren es llegar a su tierra”, expresó.
Destacó que estos venezolanos no se atreven a cruzar por trochas, porque por parte de Colombia estos caminos ilegales están custodiados por la policía y por el ejército, además de que pasar es riesgoso por la presencia de grupos irregulares.
Explicó el reportero gráfico del Diario La Opinión de Cúcuta que quienes están en Tienditas, ubicados en carpas, reciben una ayuda de Migración y de la Oficina de Fronteras por una noche, previo a cruzar a Venezuela. “Mientras que quienes están en la autopista no tienen ningún tipo de ayuda, sobrevivendo con lo que tienen en sus bolsillos. Ellos no tienen atención de nada, llegan por voluntad propia y están esperando que los lleven a Tienditas para que los puedan pasar a Venezuela, pero hasta que no se desocupe Tienditas, no se va a desocupar la autopista. Tienditas tiene una capacidad más o menos de 1.200 personas, entonces en una semana se van a ir esos 1.200, pero a La Parada están llegando diariamente, entonces ese flujo nunca va a bajar”, acotó.
“No tenemos nada”
Leonardo Olivares pasó un mes y cinco días caminando desde Perú hasta la frontera de Cúcuta con San Antonio del Táchira. Considera inhumano que no reciben ni agua potable de parte de las autoridades de Colombia y Venezuela. “Supuestamente hay instituciones que están dando apoyo, Estados Unidos que está apoyando, pero a nosotros no nos ha llegado ni agua”, afirmó.