Valores democráticos | Robert Ganzo | Por Ramón Rivasáez

 

Dedicado a Josefa Zambrano Espinosa

Quizá es el poeta venezolano más desconocido pese a la relevancia que  despertó su obra en Francia, Robert Ganzo nació en Caracas el 22 de agosto de 1898 y falleció en París el 6 de abril de 1995; fue además arqueólogo, traductor y crítico literario, entre otras actividades que desarrolló a lo largo de su existencia.

Ganzo, a los diez años de nacido en la capital venezolana, sus padres se trasladan a Bruselas, Bélgica,  de ese modo el niño adquiere la lengua francesa; su fuerte inclinación a la lectura y las artes en general le conducen a París; no obstante, su país de origen jamás lo olvidó. Sus primeros oficios fue el de librero en las orillas del Sena, lugar que se hizo célebre por los asiduos visitantes que solían presentarse casi a diario; dos de ellos eran muy famosos, André Breton y Paul Eluard, lideres del archiconocido movimiento surrealista; tertulias brillantes, polémicas sobre las novedades literarias de las décadas de los treinta y cuarenta suscitaban el interés de los habitues; en tanto, Ganzo escribía y guardaba.

Pero un gran torrente poético bullía en él,   el ensueño y las visiones de su país estaban en su libro Orinoco (1937); luego en 1939 aparece el que es considerado su gran poema Lespugue, que le da a conocer de inmediato y su fama se extendió más allá del Sena y toma los caminos de Francia; en ese largo texto Ganzo canta, despierta la inmensidad de una poesía que se torna carne, fuego interior que incendia el líquido deseo que le atraviesa de un tajo certero y adquiere la fuerza y fiereza de un río cuando proclama auténtico en su pensamiento lírico, «Si apresado en el racimo/de tu cuerpo tranquilo,poderoso, /mi furor grita y se mezcla a tu sangre,/ tu rostro se aleja y se me escapa/ Ya reía y lloraba en mis tuétanos/ tu carne inmensa que ahora abrazo,/ y al fondo de tu vientre siento/ la infinita caída de un astro/; éste poema fue escrito por el poeta venezolano, quien residía en París  tras ser descubierta en Lespugue, Alta Garona, por el arqueólogo René de Saint Pierre, la estatuilla  que después recibió el nombre La Dama de Lespugue,hoy expuesta en el Museo del Hombre, en la capital francesa.

Este poema recibió los elogios de la crítica especializada, y algunos se atrevieron a formular analogías con El cementerio marino de Valery y quizá con la obra de Mallarme.

Su gran labor cultural que cumplió en París fue como traductor de los poetas de su país de origen, como tal, comenzó a dar a conocer la gran poesía del grupo Viernes, donde descollaban sus amigos Vicente Gerbasi y Otto D’ Sola, entre otros, y él a su vez fue vertido al castellano   por los venezolanos Alfredo Silva Estrada, Juan Calzadilla y Reyna Rivas y otros tantos.

Ganzo publicó otros poemarios Río (1940); Dominio (1947); Lenguaje (1947); tracts, textos-manifiestos sobre la ocupación alemana; Cólera y Resurgencias.

A propósito de la ocupación alemana, el poeta venezolano fue miembro de la resistencia francesa e incluso cayó prisionero de los alemanes, pero logró evadirse de sus carceleros. Al ser liberada la capital gala,el caraqueño desfiló portando la bandera que diseñó su compatriota, cuyo nombre aparece en el Arco de Triunfo, Francisco de Miranda.

Orgulloso de ser venezolano,defensor de la libertad y amante del más hermoso sistema de vida, la democracia, tal como la amó con pasión su colega Walt Whitman.

Acaso, uno de los pocos reconocimientos a su obra en Venezuela se le debe a la Universidad de Carabobo que en marzo de 1976, siendo rector el doctor Aníbal Rueda, a través de su dirección general de cultura, a cargo de los poetas Alejandro Oliveros y Reinaldo Pérez So, círculo una separata,con una selección de sus poemas.

Sobre Ganzo el critico y poeta argentino Rodolfo Alonso,  tras analizar su obra lo calificó el poeta venezolano más universal. Eran los años 90 en que el caraqueño recibió el homenaje de Francia al serle conferido el nombramiento Caballero de la Legión de honor y Premio Internacional de la Amistad Francesa, único venezolano de ser merecedor simultáneamente de ambos reconocimientos.

En 1944 un crítico literario, Roland de Reneville,aseguró en su libro «Universo de la palabra» que el venezolano «Tenía la visión de Rimbaud y la técnica de Valery», en tanto en Venezuela Robert Ganzo era leído con fervor por Dámaso Ogaz y el escuqueño Antonio Pérez Carmona, poetas que sorbian las exquisiteces de este caraqueño muy famoso en Francia pero ignorado en su país; de todos modos un gran venezolano, amante de la libertad porque sin esa condición no podría haber abrazado la POESÍA.

 

 

 

 

 

 

 

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