Por Ramón Rivasaez.
Considerado el más notable humanista venezolano del siglo XX, Mariano Picón Salas nació en Mérida el 26 de enero de 1901 y falleció en Caracas el 1 de enero de 1965, constituyendo un ícono representante de la democracia que se recobró en 1958, tras la unión del pueblo contra la tiranía de entonces.
Formado intelectualmente en su Mérida, estudios que completó en la Universidad de Santiago de Chile, donde cursó filosofía y letras; Mariano Picón Salas egresó en 1928 e inmediatamente la casa de estudios no le dejó ir; e incorporó para dictar las cátedras de historia del arte y literatura en el período 1928-35, en ese lapso en 1932 fue nombrado rector de la universidad santiaguina.
El futuro gran ensayista regresó a Venezuela en 1936 y participó en la fundación de la Organización Revolucionaria Venezolana (ORVE) y contribuyó en la creación del Instituto Pedagógico de Caracas. En 1938-1940 ejerció la dirección de cultura y bellas artes del Ministerio de Educación; en 1943 es designado agregado cultural de Venezuela en Washington y es profesor visitante de las universidades de Columbia y de California.
En 1946 retornó al país y es el nuevo director del rotativo Ell Tiempo, pero duró muy poco, porque el presidente constitucional Rómulo Gallegos lo designó embajador en Colombia, pero luego del derrocamiento del novelista, en 1948, Picon Salas, marchó al exilio. Entonces, el humanista venezolano fue contratado por el prestigioso Colegio de México; pero por gestiones de Miguel Otero Silva, en 1952, le ofreció la dirección del Papel Literario de El Nacional, responsabilidad que le obligó volver a su país.
Con el arribo de la democracia, Picón Salas, fue embajador en Brasil y México; delegado de Venezuela en la Unesco, y finalmente, fundó y dirigió el Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes ( INCIBA) hasta su muerte.
Su obra es considerable, escribió poesía, biografía, crítica literaria, novela e historia, pero sobresalió en su rol de ensayista, que abarcó América latina y Europa: Preguntas a Europa (1937); Formación y proceso de la literatura venezolana (1940); Viaje al amanecer (1943); biografía de Francisco de Miranda (1946); Comprensión de Venezuela (1949); biografía San Pedro Claver, el Santo de los esclavos (1950); biografía de Cipriano Castro (1954); Los tratos de la noche, relatos (1955); Los malos salvajes (1962).
Precisamente de este último libro de ensayos debemos destacar la profundidad del mensaje del humanista y democrata merideño: «De haber nacido Marx en la Europa de este instante, su profecía hubiese sido distinta a la de 1848. Empiezan a estudiarse las nuevas técnicas de conjurar lo fatídico. Y la revolución para los pueblos que estudian y trabajan, ya no se operan en las barricadas de los colectivos y violentos sino en la investigación del sabio,el economista, el sociólogo. No son los gritos del demagogo y la aventura a campo traviesa del blusón negro que se declaró en rebeldía y abrazó una reciente fe terrorista, lo que cambia los niveles de subdesarrollo, sino la voluntad de justicia y de invención».
Este ensayo publicado en Buenos Aires en 1962 bajo el título Los malos salvajes, es una condena frontal a la violencia, al militarismo que se entronizo en hispanoamérica y una exhortación a la modalidad del acuerdo pacífico y la conversación para la resolución de los conflictos entre las naciones. Mariano Picón Salas, sin duda un digno representante de la democracia venezolana, al cual debemos volver una y otra vez; su vigencia resulta inocultable.