Valores democráticos | Luis Beltrán Guerrero | Por: Ramón Rivasáez

 

El humanista, poeta, ensayista, filósofo e historiador, Luis Beltrán Guerrero, nació en Carora, estado Lara, el 11 de octubre de 1914 y falleció en Caracas el 16 de mayo de 1997, después de cumplir una labor cultural de primer orden sobre todo en el campo de la docencia universitaria dentro y fuera de Venezuela.
Desde sus primeros años, en su localidad natal, comenzó a escribir los editoriales del Diario de Carora, donde despertó su pasión por el periodismo, en especial, por el humanismo, bajo el influjo de Rubén Darío; marchó a Caracas, allí concluyó la secundaria e ingresó en la Universidad Central de Venezuela, la que le confirió en 1937 el título de doctor en Ciencias políticas. En 1945 viajó a Argentina, para obtener el título de profesor de letras por la Universidad de Buenos Aires, en 1950. Fue profesor fundador del Instituto Pedagógico Nacional, luego docente de la teoría de la historia en la UCV; posteriormente director de la Facultad de Filosofía y letras de ésta casa de estudios y se desempeñó como profesor visitante de la Universidad de Stanford, California, Estados Unidos.
Retornó a Venezuela e incursionó en el periodismo y colaboró en los diarios El Universal, El Nuevo Diario, Pórtico de Carora, El Mundo, La Nación, sobre temas literarios, políticos e historia.
Su primer libro Secretos en fuga, apareció en 1942 bajo el sello de la imprenta del estado Trujillo; posteriormente en 1954 en Caracas, circuló La posada del ángel; en 1958, en Madrid, España, editaron El visitante; en 1959, el Ministerio de Educación, publicó el volumen Tierra de promisión; en 1962 su texto Poesía electa; en 1970, Poemas de la tierra; en 1975, su suma poética, Primera navegación, que reunió su obra hasta ese año.
En cuanto a reconocimientos a su obra literaria, en 1954 recibió una mención de honor   del premio municipal del DF, a su trabajo poético, en el año 1969, el premio nacional de literatura por su labor literaria, entre ellas, su sección Candideces.
Como ensayista, Luis Beltrán Guerrero publicó en su libro Palos de ciego, críticas e historias literarias desde 1914 hasta 1997, año de su muerte, con la gracia e ingenio que caracterizó sus inquisiciones en el mundo de la escritura. Un intelectual que se distinguió por su amor a la tierra que le vio nacer, exultante de imaginación, civilista e institucional como pocos. Un demócratacristiano, de gran solvencia ética y estética.
En uno de sus poemas confiesa «Forjé mi copa del cristal perenne/urna fiel de color y de sonido/vaciando en ella con unción devota/suspiro y mente».
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