Valores democráticos |  Guillermo Castillo Bustamante | Por: Por Ramón Rivasaez

Este compositor nació en Caracas el 25 de junio de 1910 y falleció en la misma ciudad el 6 de octubre de 1974, luego de escribir más de trescientas composiciones de las cuales noventa las realizó en las cárceles perejimenistas.

Guillermo Castillo Bustamante fundó la primera orquesta moderna de Venezuela, la Swing Time, según el periodista Gerardo Guarache Ocque, uno de sus biógrafos; fue amigo de músicos muy influyentes Vicente Emilio Sojo, Juan Bautista Plaza, María Luisa Escobar, Pedro Vargas, Alfredo Sadel, Antonio Lauro, entre otros tantos.

Pero para su infortunio, el compositor fue arrestado a principios de abril de 1952 por la Seguridad Nacional, y enviado a la Cárcel de El Obispo del barrio caraqueño de El Guarataro, donde es sometido a torturas por el régimen de PJ. De allí es conducido a la Cárcel Modelo, permaneciendo unos meses hasta que es recluido en Guasina, un islote del Delta del Orinoco.

Este penal tenía la particularidad; pues de allí nadie se fugaba o salía con vida, estaba rodeado de cocodrilos y feroces serpientes al tiempo que las enfermedades como la tuberculosis, el mal de Chagas y otras afecciones diezmaba a la población reclusa.

Quizá fue la providencia divina que antes de concluir 1952 las aguas del Orinoco, anegaron  el islote, lo que motivó que el régimen se vio obligado a su clausura y los presos fuesen trasladados a otros penales.

En la cárcel de Ciudad Bolívar, Guillermo Castillo Bustamante siguió con su labor silenciosa; componía sus canciones con el reverso de las cajetillas de cigarros; a escondidas de la férrea vigilancia que mantenían sus verdugos; de estas creaciones surgió «Escríbeme», tema que, con al poco tiempo se aprendieron los reclusos que no se podían ni ver, porque estaban aislados en pabellones que le impedían comunicarse entre sí. No obstante, la canción la tarareaba su autor y muy pronto se hizo popular entre la población reclusa.

Eran los días que a los presos se les tenía prohibido mantener correspondencia con sus familiares, de allí su canción que dedicó a su esposa Inés Castillo, también presa política en San Carlos, Cojedes.

A finales de 1957, por fin, el compositor sale al exilio a Costa Rica, donde se encuentra con su amigo, Alfredo Sadel y otros exiliados venezolanos.

Antes de concluir el año, Alfredo Sadel, logra ser invitado al programa el Show de las Doce que dirigía por RCTV el primer animador de la época, el recordado Tío Victor Saume, pero es más la osadía del tenor favorito de Venezuela, se hizo acompañar de la hija del compositor, Inés Castillo, para interpretar, por primera vez, el tema «Escríbeme», del artista exiliado.

Caída la dictadura, la canción fue interpretada no solo por Sadel sino por los cantantes de moda, el chileno Lucho Gatica, posteriormente por el mejicano Javier Solís, luego la Rondalla venezolana, Simón Díaz, finalmente por Ilan Chester, el tenor Aquiles Machado, junto al guitarrista Aquiles Baez y el violinista Alexis Cárdenas, entre otros músicos.

Guillermo Castillo Bustamante fue un valor democrático que sobrevivió a las torturas y vejamenes a la condición humana, para que Venezuela pudiese levantar las banderas de la libertad; se desterrase la ignominia y se comenzara a perfilar la democracia.

 

 

 

 

 

 

 

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