El escritor, pedagogo y crítico literario Edoardo Crema, nació en el municipio de Montagnana, provincia de Padua, Italia, el 20 de agosto de 1892 y falleció en Caracas, el 18 de diciembre de 1974, luego de contribuir a fundar estudios humanísticos en Venezuela, que ayudaron a consolidar la cultura nacional.
Crema, se graduó en la Universidad de Padua en 1915, en la especialidad de Lengua y literatura francesa, pero debe acudir también a la primera guerra mundial y observar el horror de la primera gran conflagración universal; tras lo cual publicó libros de poesía y una novela.
Posteriormente, en 1927 viajó a Venezuela donde laboró en el Instituto Pedagógico Nacional hasta 1965; allí dictó las cátedras de Filología y literatura venezolana e hispanoamericana. En la UCV, donde igualmente ejerció la docencia fue de los fundadores de las Facultades de Humanidades y Educación y la de Arquitectura, en cuyas escuelas creó las cátedras de Estética literaria moderna, griega y Latina y de literatura italiana;, en la Facultad de Arquitectura la cátedra de historia del arte y en la Escuela de Artes Plásticas de Caracas entre 1938 y 1963; allí fue profesor de Jesús Soto.
Paralelamente, escribió sus críticas literarias en los diarios El Nacional y El Universal, Revista Nacional de Cultura y la Revista Élite; uno de sus mayores aportes a la literatura venezolana fue la introducción de la crítica literaria, bajo el influjo del historiador Benedetto Croce. En su amplia bibliografía, destacan los volúmenes Drama artístico de Andrés Bello (1948); Tras el Libertador político, el Libertador artístico (1948); Antonio Arraiz, la creación de una leyenda (1948); Interpretaciones críticas de la literatura venezolana (1955); Trayectoria religiosa de Andrés Bello (1956); Bello a través del romanticismo (1956); Interpretación y comentario analítico de la Oración por todos, de Andrés Bello (1959); Lo poético en Bolívar (1962); La presencia de Italia en Andrés Bello (1963); El prodigio del «Orlando enamorado», de Andrés Bello (1971); Los dramas psíquicos y estéticos de Andrés Bello (1973).
Además, Crema realizó numerosas traducciones de poesía venezolana e hizo estudios críticos en torno a la obra de Francisco Lazo Martí, en especial de su Silva criolla; sobre Rubén Darío, José Asunción Silva, Juana de Ibarbourou, José Enrique Rodó y Neruda.
Como se observa es un estudioso de la obra de Andrés Bello y un bellista excepcional, que analizó en profundidad la relevancia del humanista venezolano en el mundo de la cultura hispanoamericana.
Sobre Edoardo Crema, el poeta Ramón Palomares confesó que en los años setenta durante el proceso de Renovación Académica, al autor de «Paisano», le asignaron la difícil tarea de reemplazar brevemente al ilustre filólogo, y, él, le pidió autorización para cumplir con la compleja y embarazosa labor encomendada. Me sentí avergonzado de tratar de sustituir a tan ilustre investigador, admitió el poeta de Escuque.
Edoardo Crema, fue uno de esos aportes fundamentales que dio a la cultura venezolana, la rica inmigracion europea, en especial, la de la lengua a la que pertenecen autores como Dante, Petrarca, Bocaccio, Pico de la Mirandolla, Ariosto, Aretino, Maquiavelo, Tasso, Giordano Bruno, Foscolo, Carducci, Benedetto Croce, Marinetti, Pirandello, Ungaretti, Montale, Calvino, Pavesse, Umberto Eco, entre tantos.
Creemos, firmemente, que Venezuela está en deuda con Edoardo Crema, cuyos libros deben ser reeditados, y distribuidos en todas las bibliotecas públicas del país, para que las nuevas generaciones conozcan a este escritor que amó, entrañablemente a la patria de Bolívar.